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Fiesta Nacional de la República de Corea en México: la algarabía al máximo

Apoya el embajador Chun Beeho la postura política de México ante Corea del Norte. Pide un minuto de silencio en memoria de las víctimas del terremoto del 19-S

Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán

Chun Beeho, embajador de la República de Corea; y su esposa, Anna Kim.
Chun Beeho, embajador de la República de Corea; y su esposa, Anna Kim.

Este martes, la celebración en México por el día nacional de la República de Corea no inició cuando comenzaron a llegar los primeros invitados, ni cuando el embajador Chun Beeho se colocaba en la zona de su residencia que se acondicionó como recepción. La fiesta coreana empezó desde muchas horas antes, con los preparativos, en el acomodo del mobiliario y hasta en el tiempo dedicado a hacer la limpieza.

Tanto el personal de la embajada sudcoreana como de los servicios contratados, reían, platicaban, se tomaban selfies y hasta hacían bromas para controlar la ansiedad de la urgencia del inicio de la gran fiesta.

A todo ese alboroto ocasionado, primeramente por la algarabía de los trabajadores de la sede diplomática del país asiático, y posteriormente con la camaradería de los invitados, solo dos momentos pudieron callarlos: primero, la solicitud de un minuto de silencio de parte del embajador Beeho en recuerdo a los daños generados en nuestro país por el pasado temblor del 19 de septiembre, y en segundo lugar, una pausa para que los asistentes se resguardaran de la lluvia en las carpas, que aunque con poca duración, fue el invitado incómodo a la pachanga.

No obstante, el discurso del diplomático se centró en varios puntos, desde el resaltar los más de tres millones de dólares que gobierno, instituciones, empresas y sociedad de la República de Corea aportaron a México para resarcir los daños del temblor; pasando por destacar las medidas del gobierno federal mexicano como rechazo a las políticas del régimen de Corea del Norte, y la vanagloria de que en la ciudad de Pyeongchang se efectuarán los Juegos Olímpicos de Invierno en 2018, el que una calle en Mérida, Yucatán, lleva el nombre de Avenida República de Corea por los 112 años de la llegada de los primeros emigrantes coreanos, y la apertura del primer vuelo comercial directo entre nuestro país con Sudcorea.

No se dejó de mencionar la esperanza de concretar a la brevedad el tratado de libre comercio entre Corea del Sur con los países de la Alianza Transpacífico; el que El Colegio de México (Colmex) realiza desde el pasado septiembre un seminario permanente de estudios sobre Corea, y desde luego, el presumir a su esposa, la pintora Anna Kim, quien exhibe con éxito su exposición de arte tradicional coreano en el Museo Nacional de las Culturas y que estará abierta al público hasta el 12 de noviembre de este año.

Tras el brindis y lidiando la lluvia que no fue impedimento para pasar una tarde agradable, los casi 600 asistentes al convite disfrutaron de un suculento bufé de la alta gastronomía coreana, mientras se deleitaban con la música del joven virtuoso músico sudcoreano-mexicano, K. L. Joon.

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