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Fiesta nacional de Pakistán en México, el festejo del viento y del sol

Sorprende personal de la embajada pakistaní a invitados con la bebida “lassi”, que fue la más solicitada al servicio que atendió el evento

Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán para la revista Protocolo©

Massood Lhodi y sus padres, Ilfat Jabeen y Tasawar Khan, embajador de Pakistán. Revista Protocolo©
Massood Lhodi y sus padres, Ilfat Jabeen y Tasawar Khan, embajador de Pakistán. Revista Protocolo©

Tassawar Khan, embajador de Pakistán en México, finalizaba su discurso de la fiesta nacional de su país en la embajada de esa nación en la nuestra, cuando de repente, el fuerte viento que soplaba movió la bandera pakistaní que flanqueaba el púlpito donde se realizaba el acto protocolario.

De inmediato, uno de los colaboradores de la embajada pakistaní se movilizó y logró detener el lábaro patrio, antes de que cayera completamente al piso.

Junto con el sol que se asomó en su totalidad, así se manifestó el aire que no dejó de soplar durante el convivio, pero en ningún momento incomodó, pues la carpa que se instaló, fue un buen resguardo para los más de 100 invitados que acudieron al festejo.

Un suculento bufé de comida persa, destacando un pastel con la bandera de Pakistán, fue lo que se disfrutó, y como dicta la tradición en aquella patria persa: sin alcohol para brindar, pero a cambio de ello, lo que no se dio abasto, fue el “lassi”, una bebida a base de yogur y mango, tradicional de Pakistán, que constantemente, era la más solicitada por los concurrentes, para brindar y para, de alguna manera, calmar el calor.

Destacaron los trajes típicos que el embajador Khan, su esposa, el cuerpo diplomático y trabajadores de la Embajada de Pakistán portaron. “¿Oiga, y no se acalora uno con esas prendas?”, preguntaba una invitada a uno de los anfitriones, cuya respuesta, fue señalar fotografías que demostraban los pasajes soleados y airosos pakistaníes… “¡Ya estamos acostumbrados!”, dijo el diplomático, y continuó: “es más fuerte el calor allá que acá”. “¿Y el sol?”, volvió a cuestionar la convidada, a lo que su interlocutor, volvió a responder: “¡Ese es el mismo en todos lados!”.

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