Embajadas

Iraníes celebran con la mano en el corazón

Preside el embajador Taghi su primer acto público al frente de la embajada iraní acreditada en México

Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán

Fernando Antonio Pérez Memén, embajador de República Dominicana; Mohammad Taghi, embajador de Irán, y Jorge Álvarez Fuentes
Fernando Antonio Pérez Memén, embajador de República Dominicana; Mohammad Taghi, embajador de Irán, y Jorge Álvarez Fuentes

La tradición iraní dicta que los hombres únicamente saludarán de mano a los hombres, a las mujeres solo es el saludo verbal sin ningún contacto físico. Entre mujeres, también se pueden saludar de beso, pero solo entre ellas.

Incluso a miles de kilómetros de distancia, los iraníes que radican en México siguen fielmente esa tradición, y más cuando les toca ser anfitriones, como sucedió recientemente en la fiesta nacional celebrada en el Club Naval de la Ciudad de México.

Sin embargo, ante el desconocimiento de mexicanos y diplomáticos de otros países acreditados en México, el embajador de Irán, Mohammad Taghi, y su esposa, Afsaneh Hosseini, decidieron llevar su mano derecha a la altura de su corazón, tocándose su pecho, haciendo una pequeña reverencia, eso sí, sin perder la sonrisa, para recibir y saludar a los casi 100 invitados que acudieron a la celebración, lo cual, en su mayoría, fue contestado con la misma cortesía.

Y por si fuera poco, esa misma muestra de respeto sucedió al momento de entonar el himno nacional iraní, acción a la que se sumaron los diplomáticos de la embajada del país anfitrión y los invitados de la comunidad iraní radicada en México, las damas vestidas con velo en la cabeza, y algunos hombres con el traje típico de su país.

“Espero con el tiempo ir aprendiendo a hablar español, por lo pronto les hablaré en inglés”, dijo el embajador Taghi al iniciar su discurso, en el que señaló la relación bilateral que hay entre los dos países, para después solicitar a Jorge Álvarez Fuentes, director general para África y Medio Oriente de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), que pronunciara unas palabras, y finalmente, dar paso a la degustación de bocadillos, refrescos y jugos, eso sí, nada de bebidas alcohólicas.

Con tan solo tres meses de estar al frente de la embajada del país árabe-asiático, el embajador Taghi ya impuso una nueva modalidad de saludar diplomáticamente, como seguramente será durante su periodo cualquier actividad diplomática que realice: con el corazón.

Revista Protocolo

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