Embajadas

¡Pero nadie se sentía en Suecia!

Preside embajadora Annika Gunilla Thunborg, su primera fiesta nacional en México, al frente de la embajada de su país

Texto y fotos: Luis Felipe Hernández para la Revista Protocolo Copyright©

Annika Gunilla Thunborg, embajadora de Suecia. Revista Protocolo Copyright©
Annika Gunilla Thunborg, embajadora de Suecia. Revista Protocolo Copyright©

Recientemente, entrar a la residencia de la embajadora de Suecia con motivo de la fiesta nacional de ese país, era mezclarse entre papeles picados de colores azul y amarillo, ¡pero nadie se sentía en Suecia!

Saludar de mano a la embajadora Annika Gunilla Thunborg quien con una hermosa sonrisa invitaba a disfrutar de la fiesta, era para pasarla en grande, ¡pero nadie se sentía en Suecia!

Recorrer los jardines y visitar los stands de las marcas suecas establecidas en México, era para identificar las principales empresas suecas del país europeo que han logrado una exitosa consolidación en el nuestro, de presumir los alcances de su tecnología, su ciencia y de la preparación en sus universidades, ¡pero nadie se sentía en Suecia!

Escuchar el Himno Nacional de México, seguido del de Suecia, era para sentir el orgullo patriota de cualquiera de las nacionalidades, obviamente, principalmente la sueca, ¡pero nadie se sentía en Suecia!

Comer deliciosos canapés de la alta gastronomía sueca, sus quesos para botanear y ni qué decir de su suculento vino, era para probar lo que la gastronomía sueca le ofrece al mundo, y sí, todo muy rico, ¡pero nadie se sentía en Suecia!

Las pláticas sobre la cultura sueca, el castillo del rey Gustavo en Estocolmo y demás paisajes campiranos, el ser uno de los países con las mujeres más bellas, como algunas de las asistentes suecas radicadas en México, era para motivar a los mexicanos a vivir la experiencia de viajar a Suecia y encantarse con todos los atractivos que este país le ofrece al mundo, ¡pero nadie se sentía en Suecia!

Recordar el largometraje cinematográfico El séptimo sello del cineasta sueco Ingmar Bergman; las bellezas de sus máximas diosas de la actuación, Ingrid Bergman y Greta Garbo; el legado de Alfredo Nobel y todos los que han ganado el prestigiado premio que lleva su apellido; las lecturas de Astrid Lindgren, principalmente su personaje de Pippi Calzaslargas; y ni qué decir de Bjön Borg, el tenista y máximo referente deportivo de Suecia; era para saber más de los personajes que han puesto en alto el nombre de Suecia, ¡pero nadie se sentía en Suecia!

Escuchar la música de Abba entre otros grupos y cantantes suecos, era para conocer y valorar a los máximos representantes del espectáculo y la cultura de la Suecia contemporánea, ¡pero nadie se sentía en Suecia!

Al finalizar, el tráfico, la mezcla climática entre el calor y la lluvia, ¡Suecia, se había quedado adentro de la residencia de su embajadora en México! ¡Todos habían estado en Suecia!

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