Anuncia embajador israelí, proyecto turístico y cultural para unir al mar Muerto y al mar Rojo
Texto y fotos: Luis Felipe Hernández Beltrán
Si se ve como un milagro el hecho de tener una magna celebración llena de comida, buen humor, música judía, danzas regionales y juntar a una gran familia, la Embajada de Israel en México lo logró y bien.
“Estamos en casa, en familia; no hay mejor lugar que festejar en casa a nuestro Estado”, mencionaba alegremente un señor judío de la tercera edad, que, con kipá en la cabeza y andadera para apoyarse en su caminar, acudía acompañado de su familia al Centro Deportivo Israelita, a celebrar, recientemente, el 68 aniversario de la Fundación del Estado de Israel.
En ese mismo tono, otro que no paró en toda la tarde de sonreír, fue el embajador de Israel en México, Jonathan Peled, quien aparte de estar al pendiente de que la fiesta israelita se llevara a cabo en orden, no continuó con su festejo hasta haber recibido de mano en la puerta del salón principal a todos los asistentes y cerciorarse de que todos aquellos que le solicitaban fotos estuvieran complacidos.
Una vez terminados los actos protocolarios de recepción, el diplomático continuó desbordando su felicidad, al ofrecer ante los más de 500 asistentes, en su mayoría profesantes de la religión judía, un emotivo discurso repleto de frases filosóficas, algunas en tono de broma, en donde mencionó los acontecimientos que llevaron a los israelíes a ocupar “la tierra prometida”, las aportaciones tecnológicas al mundo, así como las relaciones diplomáticas de 63 años entre México e Israel.
“Chilangos y chilangas”, inició su discurso el embajador Peled:
“Israel es un Estado pluralista que defiende los valores que todos suscribimos”.
“La paz es el anhelo y el objetivo de una política de Estado”, del cual se aprovechó para remarcar los acuerdos históricos de paz que han tenido con Egipto y Jordania, así como los inicios de acuerdos de paz que llevan a cabo con Palestina.
“Los judíos decidieron dejar de ser víctimas y tomar las riendas de su propio Estado.”
Pero si algo llenó de aplausos, fue el anuncio del proyecto que el gobierno israelí sostiene para unir al mar Muerto con el mar Rojo y formar así un proyecto cultural que generará turismo y fuentes de ingresos en la nación asiática.
Y así continuó hasta mencionar que los nopales y el chile son de los alimentos mexicanos que más gustan en Israel.
“Seguimos creyendo y creando milagros.” Y de repente el milagro de todos los asistentes, al exclamar en coro “Lejaim”, palabra hebrea que se utiliza para brindar, y así continuar con la fiesta en la que hubo danzas folklóricas israelíes y música hebrea de violines.
Revista Protocolo
