Embajadas

Unidos celebran a los Emiratos Árabes Unidos

El pan de sash es un alimento sagrado dentro de la vasta gastronomía árabe, y fue parte del bufé durante el día nacional de los Emiratos Árabes Unidos

Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán

Rabah Hadid, embajador de Argelia; Ahmed Abdulla A. A. Al-Kuwari, embajador de Qatar; Hammad G. M. Al Rowaili, embajador de Arabia Saudita; Ahmed Hatem Al Menhali, embajador de los Emiratos Árabes Unidos; un invitado al evento, Muteb Saleh F Almutoteh, embajador de Kuwait; Muftah R. M. Altayar, embajador de Libia, y Abdulkarim Mansoor Obeidat, embajador de Jordania
Rabah Hadid, embajador de Argelia; Ahmed Abdulla A. A. Al-Kuwari, embajador de Qatar; Hammad G. M. Al Rowaili, embajador de Arabia Saudita; Ahmed Hatem Al Menhali, embajador de los Emiratos Árabes Unidos; un invitado al evento, Muteb Saleh F Almutoteh, embajador de Kuwait; Muftah R. M. Altayar, embajador de Libia, y Abdulkarim Mansoor Obeidat, embajador de Jordania

La encomienda ante Dios al presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Jalifa bin Zayed Al Nahayan, y a los miembros del cuerpo supremo de aquella federación de países del Medio Oriente, de parte de Ahmed Hatem Almenhali, embajador de esa nación asiática en México, en su discurso, daba pauta a que la fiesta nacional por los 45 años de independencia, celebrada recientemente en la embajada, tendría una parte sacra y religiosa.

Tanto es así, que el pan de sash, considerado como alimento sagrado dentro de la vasta gastronomía árabe, fue el elemento ideal para probar la mayoría de los platillos salados, sobresaliendo el cordero al carbón, que conformaron el suculento bufé que ofrecieron para los invitados, destacando los embajadores en nuestro país de los países árabes.

La razón por la que el pan de sash está considerado como sagrado, es porque algunas de las semillas con las que se prepara son secretas y a la vez únicas de los países del Medio Oriente, principalmente del sur de Líbano.

Los encargados de realizar tan suculento manjar, fueron los cocineros del Centro Libanés Dib Harake y Youser Mazzeh, quienes explicaron el modo de cocinar: “se prepara con harina, levadura y sal, también se le agrega agua, la mezcla, una vez que queda y se le da forma, se le puede poner queso y zatar (mezcla de especias); pero se puede acompañar con carne cocida de cualquier animal, y hasta mariscos”.

Y en ese toque de sacralidad, no se podían quedar atrás los vistosos trajes típicos árabes que portaron algunos diplomáticos de las embajadas de las patrias árabes, destacando el embajador Al Menhali, quien en un acto conmovedor, tuvo la cortesía de invitar a sus homólogos de Arabia Saudita, Argelia, Jordania, Qatar y Libia, a partir el pastel conmemorativo.

Revista Protocolo

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