Entrevistas

Fanny Karchmer fue vecina de La Monalisa en el Museo de Louvre

La artista mexicana representó a México en el Museo de Louvre de París, con su obra La gran batalla de Napoleón

Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán

Fanny Karchmer dedica entre 2 y 12 horas al día a producir su obra
Fanny Karchmer dedica entre 2 y 12 horas al día a producir su obra

Son las 12 de la tarde en la Ciudad de México y la neblina otoñal se hace presente en el corazón de la colonia Lomas de Chapultepec.

Librar la bruma entre grises y blancos, es poco alentador; el cielo apenas se distingue con variantes tonalidades de azul; entre amarillos brillosos, se sabe que un carro va circulando; su luminosidad y tonos dorados aumentan conforme se va acercando; distintos verdes: el botella, el esmeralda, el agua, el perico, claros y fuertes… son motivo para saber que hay vegetación… quizá solo sea un árbol o probablemente un bosque completo; una barda negra de textura empedrada, divide el asfalto con el vacío de una cañada… naranjas, rojos, cafés, rosas… ¿serán carros, casas, animales?, la neblina arrecia a todo lo que da.

Eso solo es el inicio de degradados y abstracciones, que minutos más tarde, le depara a la revista Protocolo en su encuentro con Fanny Karchmer, en su casa estudio.

Tras cruzar la puerta, vuelve a ser una mezcla de tonalidades coloridas, empezando con la recepción de la artista quien refleja su felicidad con la luminosidad de su sonrisa y el verde claro de sus ojos.

Pero de repente… muebles, paredes, mesas y hasta el piso, aguardan un tesoro multicolor: una impresionante colección de más de 50 obras pictóricas de diferentes tamaños, entre aves nocturnas, universos, carruseles, atardeceres, estrellas de fuego, miradas de ángeles, son solo algunas de las creaciones que ha realizado en más de 25 años; en todas predomina un detalle en general: la abstracción: “Hago abstracto porque a mí me gusta desfigurar lo figurativo, porque así entro a los rincones más profundos del alma”, comenta Karchmer.

A la conquista “napoleónica” del Louvre

Napoleón Bonaparte fue el máximo conquistador de la Europa de finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX; probablemente inspirada en tan importante personaje, Fanny logró una conquista inesperada en este 2016: el Museo de Louvre, el recinto que alberga las más importantes obras de arte de toda las historia de la humanidad.

La gran batalla de Napoleón, es una de las creaciones emblemáticas de Fanny, que en un lenguaje contrastante, habla sobre la batalla de Waterloo, aquel combate que en 1815 dio inicio al desenlace de las guerras napoleónicas; gracias a ese cuadro junto con la obra El universo, representa a México en el museo de Louvre, siendo vecina, por unos días, de La Monalisa, de Leonardo da Vinci; o icónicas esculturas mundiales como La Venus de Milo o La Victoria de Samotracia.

“Expreso en esa obra cómo pierde su batalla Napoleón, cómo el tiempo no le ayuda a ganar esa batalla, cómo él y su infantería quedan atorados en el lodo y él no puede lograr ganar esa batalla y con ello pierde todo lo que había logrado.

“No podía creer exponer en el Louvre, con todos los sentimientos a flor de piel pues estar en un lugar importante es maravilloso, aparte de haber tenido una gran aceptación pues se vendió la obra”, dijo con la mirada fija, recordando aquel pasaje que recién le trajo a Fanny tantas satisfacciones, quizá, hasta el momento, su máximo logro como artista.

¿Si Napoleón conquistó un continente completo, por qué Fanny no podría conquistar al mundo?

El Louvre solo fue una de las tantas batallas ganadas por Karchmer, y aunque está a la vista repetir la odisea, otras partes del mundo han atestiguado la obra de la artista; lugares de México como Oaxaca o Morelia, o el llegar a latitudes estadounidenses como Atlanta, Chicago, Miami o Nueva York.

Pero el inicio de la exhibición de la obra de Fanny, se remonta a 2004, con la exposición colectiva de pintura del taller Prado Norte y a partir de ahí otras tantas exposiciones en ciudades como la Ciudad de México, Mérida, Monterrey, Oaxaca, Toluca, Morelia y Guanajuato.

En 2014 comenzó la internacionalización de Fanny Karchmer cuando su obra viaja al “Miami River” de Miami, Florida, para participar en una exposición colectiva, y con el paso del tiempo, en 2015, un espacio cultural de Atlanta, Georgia; en Agora Galery de Nueva York y el Art Basel en Miami, Florida; también compartiendo crédito con otros artistas. En ese mismo año, consigue su primera exposición individual, en lo que se refiere al plano internacional, en Art Conection de Miami, Florida.

En total, más 30 exposiciones colectivas y seis individuales, entre las que se incluyen subastas y eventos de beneficencia

Pintar comunicando, comunicar pintando

El mundo del arte no le ha impedido a Karchmer alejarse de la comunicación organizacional, su profesión, pues sabe combinar ambas facetas.

“La pintura es una forma de expresarme, es una forma de comunicarme y es una forma de presentar cosas que tengo dentro de mi alma y porque me gusta que la gente sienta y los haga vibrar; así como los músicos hacen sus partituras, yo también hago mi obra de arte, haciendo con mis pinceles, mis lienzos, mis linos, todo para que el espectador sienta y pueda vibrar en todos los rincones escondidos en su alma.”

Fanny despide a Protocolo de su casa-estudio, mientras los cuadros esperan viajar por el mundo para ser apreciados por más gente.

Volviendo a poner un pie en la calle, la ciudad y el país vuelven a desfigurarse, ya no solo por la neblina, sino por su acontecer cotidiano en todos los aspectos de la vida nacional.

Revista Protocolo

Países que nos están viendo

ALIANZAS