Para Karen Dadonn, esposa del embajador de Israel, su estadía en México representa una notoria diferencia respecto de la estancia que al lado de su esposo tuvo en Jordania, su misión anterior.
En México —expresó Dadonn, quien cuenta con un doctorado en mercadotecnia— se encuentra una de las comunidades judías más numerosas del mundo, y como esposa del embajador de Israel mis actividades están muy enfocadas a la parte femenina, representando a Israel en diversos actos en pro de obras de beneficencia.
En contraste, en Jordania, donde estuvimos por tres años, tuvimos que adaptarnos a un contexto económico, político y social muy diferente al de México pues ahí no existe una comunidad judía y por lo tanto la actividad estaba más enfocada a la vida diplomática, actos de embajadas, socializar con el resto de los diplomáticos, estar en contacto con todas las autoridades sociales y políticas así como culturales de ese país, y apoyar algunos intercambios entre gobiernos.
Aprendiendo español
Karen Dadonn indicó que al llegar a México, en diciembre de 2003, su primer reto consistió en aprender el idioma español —el cual ya domina muy bien—, así como darse a la tarea de informarse y conocer a la sociedad mexicana.
“México me fascina, cuando uno habla de este país se hace referencia de un paraíso al cual todos alguna vez quisieran conocer y estar aquí. Los mexicanos son muy abiertos y cálidos, cualquier lugar es bueno en esta nación para establecer un contacto de amistad.”
Diplomacia hunter
Nacida en Rumania, Karen Dadonn se involucra en la diplomacia cuando conoce a su esposo, al respecto ella recuerda:
“Coincidimos en una librería, David estaba de vacaciones en Francia y yo vivía allí, comenzamos a platicar sobre un libro que nos interesaba a los dos, seguimos charlando en la cafetería de la librería y a partir de ese momento inició una amistad muy exótica que, por los viajes frecuentes de David, se nutría a través de cartas y reuniones que teníamos cada mes o dos meses en distintos lugares del mundo.
“Durante ese tiempo descubrimos que no sólo teníamos muchas cosas en común, sino también compartíamos amistades. Al transcurrir el tiempo nos dimos cuenta que nos habíamos enamorado y eso fue algo que se dio sin saberlo y sin reconocerlo.
“David estaba involucrado en un universo muy diferente al mío, mi ámbito era el de los negocios, yo tenía una empresa de head hunters que se dedicaba a reclutar personal para Europa del Este y del Oeste. Sin embargo, aunque somos muy diferentes nos complementamos y eso es lo que hace la relación muy intensa.
