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El desarrollo económico de Irlanda, Una transformación sorprendente

En muy pocas décadas Irlanda cambió de una manera casi sin precedentes. Hace tan sólo 30 años este país era considerado como uno de los más pobres de Europa donde predominaba el sector agro-pecuario. Durante muchos años sufrió una tasa de emigración muy elevada (se calcula que en los años cincuenta dos de cada tres jóvenes emigraron).

Pero hoy, por una transformación económica total, su perfil económico es reconocido mundialmente. Ya es un país no de emigración sino de regreso para su gente y de inmigración. Desde la entrada de Irlanda en la Unión Europea en 1973, su población ha aumentado en un 48 por ciento.

En 10 años, de 1993 a 2003, el desempleo disminuyó del 15 al 4.5 por ciento. Las exportaciones se incrementaron de 28.5 billones de euros a más de 109 billones de euros anuales. La deuda nacional acumulada bajó del 93 por ciento del PIB al 34 por ciento.

Tomando como base la Unión Europea de 15 miembros (antes de la ampliación de 2004) el PIB por persona de Irlanda se encontraba en el 69 por ciento del promedio europeo en 1993; y en 2003 estaba en el 125 por ciento del promedio.

En este mismo periodo, el número de personas activas económicamente aumentó en un 60 por ciento y el crecimiento económico ha sido el más rápido del mundo desarrollado.

¿Cómo sucedió esta transformación?

A pesar de vivir en una isla (o “en una isla detrás de otra isla”) en el oeste de Europa, los irlandeses siempre han estado abiertos al mundo. Nunca fueron “insulares”. Por razones históricas ha habido mucha emigración desde hace más de un siglo. La gran mayoría de los habitantes tenían familiares en varias partes del mundo. Pero en los años cincuenta, la economía era insular, defensiva y proteccionista.

La gran transformación comenzó en los años cincuenta con la decisión del gobierno de abrir la economía y competir en el mundo.

Irlanda creó un ambiente favorable a la inversión productiva. Un elemento muy positivo fue la larga tradición educativa en el país.

Hoy en día hay más de 1,100 empresas multinacionales con operaciones en Irlanda —más de 500 son de Estados Unidos—. Éstas incluyen a casi todas las empresas líderes farmacéuticas y de aparatos médicos en el mundo.

Inversiones

La fama de Irlanda como ubicación atractiva para inversiones continúa hoy. Es el lugar ideal para industrias modernas que necesitan un entorno con conocimientos, un knowledge based environment.

Recientemente, Intel terminó la construcción de una planta por 1.6 billones de euros en Leixlip para producir submicron wafers, y Wyath ha construido el campus farmacéutico más grande del mundo al oeste de Dublín. Genzyme está construyendo uno de los centros tecnológicos más avanzados del mundo. Otras empresas líderes establecidas continúan con sus inversiones en actividades avanzadas en sus centros irlandeses —empresas como Microsoft, Dell, Pfizer, Abbott, Citigroup, Oracle e Ingersoll Rand.

Recurso humano

Un aspecto fundamental es el “recurso humano”. Su población joven (la más joven de Europa) es altamente educada, flexible, creativa y se adapta con facilidad a cambios. Las mismas cualidades de flexibilidad que hicieron de los jóvenes irlandeses los emigrantes más activos de Europa en otros tiempos, en donde tuvieron que adaptarse a la vida en cualquier parte del mundo, hoy día les permiten adaptarse a tecnologías y métodos de trabajo que cambian rápidamente.

Crecimiento constante

Irlanda sigue subiendo en la “escalera” hacia industrias más avanzadas, como líder mundial en sectores como tecnología médica, ciencias naturales, software y otros sectores avanzados. La coexistencia de tantas empresas de alto nivel en sectores clave genera un ambiente propicio para el desarrollo de más actividades avanzadas.

Las tasas tan elevadas de crecimiento económico (un promedio de casi 9 por ciento real durante 10 años) no pudieron continuar en 2003, en un mundo que sufrió económicamente después del 11 de septiembre de 2002, pero para 2004 los indicadores muestran que hay un estancamiento. La predicción es de un crecimiento del 4.6 por ciento en 2004 y del 5.2 por ciento en 2005. Los resultados en la primera parte de 2004 son aún más optimistas.

Elementos que contribuyeron al éxito económico de Irlanda

Externos:
• El crecimiento de la economía global y la expansión del comercio internacional.

• El crecimiento de la inversión directa extranjera mundial y la participación elevada de Irlanda en ésta.

Internos:
• Decisiones estratégicas desde las décadas de 1960 y 1970 para mejorar el “capital humano” y favorecer la inversión extranjera.

• Mejoras en el ámbito de empresas por medio de reformas de las finanzas públicas, reducciones en impuestos y moderación en subidas de salarios mediante un sistema de acuerdos nacionales.

• Tendencias demográficas que aseguraron que la disponibilidad de gente capacitada no sería un elemento limitativo para el desarrollo.

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