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Israel. Fusión de etnias, religiones y culturas

Israel es el hogar de una población muy diversa que proviene de muchos trasfondos étnicos, comunitarios, religiosos, culturales y sociales.

Es una sociedad nueva con antiguas raíces que hoy en día sigue cristalizándose y desarrollándose. De sus 6.8 millones de habitantes, el 81 por ciento son judíos, y alrededor del 17.3 por ciento son árabes (la mayoría de ellos musulmanes).

La sociedad es relativamente joven y se caracteriza por un compromiso social y religioso, una ideología política, un ingenio económico y una creatividad cultural, que otorgan impulso a su continuo desarrollo.

Comunidades minoritarias

Comprende alrededor de 1.5 millones de personas, que representan casi el 20 por ciento de la población, y no son judías. A pesar de que son definidos colectivamente como ciudadanos árabes de Israel, incluyen una serie de grupos diferentes, en su mayoría de habla árabe, cada uno de los cuales tiene sus características distintivas:

• Árabes musulmanes

• Árabes beduinos

• Árabes cristianos

• Los drusos

• Los circasianos

Manteniendo su identidad, la existencia separada de la comunidad se ve facilitada por medio del uso del árabe, segundo idioma oficial de Israel, un sistema escolar separado árabe/druso, medios de comunicación árabes, literatura y teatro, y la existencia de tribunales independientes musulmanes, drusos y cristianos que tratan asuntos de estatus personal.

Dinámica árabe-judía

Los ciudadanos árabes viven al margen de los conflictos entre judíos y palestinos. Sin embargo, manteniéndose como segmento del pueblo árabe en cultura e identidad, y discutiendo la identificación de Israel como Estado judío, ven su futuro unido a Israel. En el proceso, han adoptado el hebreo como segundo idioma y la cultura israelí como un estrato más en sus vidas. Simultánea-mente, luchan por obtener un mayor grado de participación en la vida nacional, una mayor integración a la economía y mayores beneficios para sus pueblos y aldeas.

El desarrollo de las relaciones intergrupales entre árabes israelíes y judíos se ha visto obstaculizado por diferencias profundamente arraigadas en la religión, valores y concepciones políticas. No obstante, a pesar de coexistir como dos comunidades autosegregadas, con el correr de los años se han ido aceptando mutuamente, reconociendo la singularidad y aspiraciones de cada comunidad.

Libertad religiosa

La Declaración del Establecimiento del Estado de Israel (1948) garantiza la libertad de culto a toda la población.

Cada comunidad tiene sus propios consejos y cortes religiosas. Cada una tiene sus propios lugares de culto, habiendo desarrollado a lo largo de los siglos rituales tradicionales y características arquitectónicas especiales.

Sinagoga: El rito judío ortodoxo tradicional requiere un minyán (quórum de diez varones adultos). Las plegarias tienen lugar tres veces por día. Los servicios pueden ser conducidos por un rabino, un cantor o un miembro de la congregación. El punto central de la sinagoga es el Arca Sagrada, dirigida hacia Jerusalén, o en Jerusalén mismo hacia el monte del templo y contiene los rollos de la Torá. Una porción semanal prescrita es leída cíclicamente, a lo largo de todo el año. Los servicios son particularmente solemnes en Shabat (sábado, el día de descanso judío) y en las festividades.

Mezquita: Las plegarias musulmanas tienen lugar cinco veces por día. Hombres y mujeres oran por separado. Se deben quitar los zapatos, y se puede realizar una ablución ritual, oran dirigiéndose hacia la Meca en Arabia Saudita, dirección que es indicada por un mihrab (nicho) en el muro de la mezquita. Los viernes, el día tradicional de descanso musulmán, se pronuncia generalmente un sermón.

Iglesia: La forma y frecuencia de los servicios varía según la denominación respectiva, pero todas observan el domingo, día de descanso cristiano, con rituales especiales. Los servicios son conducidos por un sacerdote o por un ministro. Hombres y mujeres rezan juntos.

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