Etiqueta y Protocolo

Normas de etiqueta y protocolo

En ediciones anteriores hemos escrito sobre la belleza física, moda y cuidados hacia nuestra persona. La belleza puede ser reforzada con una buena educación adquirida mediante las normas de etiqueta y cortesía, que son imprescindibles para el ser humano, ya que los principios rigen la conducta humana y su objetivo es facilitar la vida en común.

Las reglas de cortesía y buena educación han estado presentes en todos los tiempos y culturas; pero una sociedad en transformación constante no puede establecer normas rígidas de conducta ni tampoco éstas pueden ser universales, pues dependen de las costumbres en las culturas.

La escritora francesa Louise de Vilmorin define: «La cortesía es el deseo de no ofender a nadie, de ser agradable en forma natural y que las malas maneras son un atentado contra la propia dignidad. Existen ciertas reglas de comportamiento en la vida y seguirlas hace más fácil y grata la convivencia.»

En los lugares donde hay respeto hacia compañeros de trabajo, de padres a hijos y viceversa, de esposa a esposo, etcétera, la convivencia es más fácil y se evitan riñas y conductas ofensivas. Entre mayor grado de educación hay en una sociedad, menor es el riesgo que existan problemas.

El incumplimiento de reglas impuestas por la sociedad, muchas veces fundados en comportamientos o malas costumbres heredadas, genera rechazo y antipatía, tendiendo a crearse una aureola antisocial.

El rechazo trae consigo una conducta agresiva y sedentaria que aísla al individuo, creyendo que él está bien y los demás no lo aceptan; pero no se da cuenta que la falta de educación lo aleja de la sociedad en que vive; por lo tanto, una persona educada con buenos modales tendrá más amigos en su trabajo y será más feliz.

Etiqueta

La etiqueta implica dos conceptos: las normas de comportamiento, que se derivan de la experiencia de los buenos hábitos, y la vivencia de un sentido común práctico, el cual es transmitido por nuestros padres y el desenvolvimiento social que tengamos.

Esto no quiere decir que es necesario proceder de una elite o esfera social privilegiada o depender del dinero que se tenga. Me he encontrado en el transcurso de mi vida a seres privilegiadamente educados, lo cual han adquirido en medio de una atmósfera de paz, honestidad y buenos modales inculcados desde su niñez.

La etiqueta cotidiana se refleja en varias situaciones a las que nos enfrentamos diariamente, entre las que se encuentran: buenos modales en la mesa, presentaciones y cortesía en noviazgos, funerales, hoteles, restaurantes, espectáculos, etiqueta en el mundo de los negocios y en cualquier acto de carácter social o religioso.

Protocolo

Como definición, protocolo es el conjunto de normas establecidas para ceremonias y formalidades de carácter oficial, diplomático, militar, institucional o social. Estas reglas son necesarias para entablar una relación de amistad y respeto entre las partes.

El protocolo regula muchos aspectos de la vida pública de las naciones y por lo tanto influye en toda la sociedad y se refleja en las personas que la representan.

Los países son regulados por un protocolo acorde con sus costumbres y conductas, ya que no podrían sujetarse a una ley universal que les impusiera formas de vida contrarias a sus hábitos.

Estos conceptos tienden a ser confundidos debido a los elementos que tienen en común. La etiqueta y el protocolo implican normas de comportamiento establecidas para hacer la vida social más agradable. Pero la diferencia se marca en que la etiqueta regula la conducta personal y el protocolo establece los criterios de trato y procedencia de una persona o institución.

La etiqueta no siempre implica reglas protocolarias, en cambio el protocolo sí incluye reglas de etiqueta en el comportamiento de cada persona.

Las exigencias que tiene un protocolo estricto son: vestir correctamente, agradecer es cortesía de reyes, puntualidad en todos los actos sociales, recepción de invitados y organización, presentaciones de acuerdo con jerarquías, saludos en ocasiones cotidianas, el arte de la conversación, los brindis de acuerdo con el acto y ceremonia que se efectúe, reuniones, saludos y despedidas en el momento adecuado.

Estas situaciones las vivimos cada día sin darnos cuenta. Si tratamos que los consejos dados nos proporcionen una vida más humana, conjugados con el buen gusto y la educación, el éxito y el afecto lo tendremos en nuestras manos, y esto nos traerá la dicha y haremos más felices a nuestros semejantes.

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