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Guía de banquetes para cada ocasión

Al organizar una reunión de negocios, cuántas veces nos hemos preguntado qué tipo de banquete es el más indicado para determinada ocasión. Los cuestionamientos son variados: ¿una comida para mis clientes o lo más indicado será una cena formal?

La respuesta dependerá de varios factores como las metas que usted y su compañía se hayan trazado, el rango de las personas que invitará y, lo más importante, del presupuesto con el que cuente.

Lo cierto es que al momento de decidir no debe olvidar que el mundo gastronómico es muy amplio y ofrece un sinnúmero de posibilidades que podemos poner en práctica para obtener grandes beneficios personales y profesionales. Por ejemplo, en torno a una mesa, una persona puede convencer a sus invitados para que adquieran su producto y/o servicio o apoyen sus ideas.

A continuación y con base en el libro Gastronomía y relaciones públicas para ejecutivos se presenta una guía práctica sobre banquetes y sus modalidades, la cual sin duda será de gran utilidad para la próxima ocasión que tenga que organizar una reunión alrededor de una buena mesa.

El desayuno, como estar en casa

El desayuno es un instrumento laboral que nació en los países anglosajones y que en el mundo de las relaciones públicas no tardó en adquirir carta de naturaleza en otras naciones, entre ellas las iberoamericanas, donde una invitación de este tipo constituye moneda corriente y práctica habitual desde hace ya muchos años.

El desayuno logró su consolidación gracias a que permite un mejor aprovechamiento del tiempo al inicio de la jornada, que es cuando el cuerpo está más descansado y la mente más propicia para recibir sugerencias y atender problemas con una mayor claridad.

Es curioso ver cómo este sistema de reunión matinal se está introduciendo en todos los círculos de la actividad humana, y no sólo en el empresarial, porque son muchos los altos cargos de la administración pública y de la política, incluso entre presidentes o jefes de Estado y de primeros ministros o jefes de Gobierno, donde lo están adoptando como costumbre normal, cuando el protocolo no exige el banquete formal de gala.

Tipos de desayuno

Para la organización de un desayuno, sea en la casa, en la propia sede social o en el restaurante, el anfitrión debe considerar que no todos los desayunos son iguales, ni las causas que los originan, ni el menú que lo conforma.

Existe el famoso desayuno continental, propio de todos los hoteles en todos los países, que puede ofrecérsele a cualquier ciudadano del mundo menos a un anglosajón, sea inglés o estadounidense, o de cualquier otro país de ese origen o colonización; como tampoco puede ofrecerse a un mexicano, naturalmente.

La razón estriba en que dicho desayuno está compuesto de café o té, tostadas o croasán, o cualquier otro tipo de pan dulce, con el acostumbrado acompañamiento de la tarrina de mermelada y la bola de mantequilla, conjunto que constituirá para los citados un pésimo augurio de lo que habría de seguir a lo largo de la jornada, además de provocarles cierta angustia al verse obligados a resistir el horario laboral con tan parca alimentación, cuando están acostumbrados a un menú completo, amplio, generoso, integrado por jugos de frutas y las propias frutas en rebanadas, huevos en sus diferentes versiones acompañados de tocino, salchichas, bistec, entre otros alimentos que les permiten sentirse en casa. Y es muy importante que en todos los casos, los invitados gocen de esa sensación.

El aperitivo

Supone un punto importante entre los diferentes actos gastronómicos de la relación social empresarial, ya que permite el inicio de las relaciones entre los miembros representantes de las partes que participan en el encuentro.

Es el destinado a romper el fuego de la timidez entre las personas invitadas a una comida, sobre todo si los invitados proceden de los más diversos sectores.
Se aconseja que el aperitivo no sea generoso en tapas ni en bebidas porque no se trata de un acto para comer, sino para despertar o incentivar el apetito, de cara a la comida protagonista del acontecimiento.

Se deben evitar las bebidas fuertes, muy alcohólicas, sin que se le niegue a quien las solicite, pero no ofreciéndolas espontáneamente, ya que lo procedente es hacerlo con jugos de fruta, refrescos y con vinos generosos, servidos de forma espaciada.

La duración del aperitivo no debe extenderse más allá de media hora, ya que éste depende de un acto principal, el de la comida.

La comida y la cena

La comida es aquella que se realiza después de las 12 del día, que es cuando empieza la tarde y, por lo general; al menos en el mundo social, a partir de las dos de la tarde.

Con la cena no suele haber problemas de horarios, porque se sobreentiende que, salvo otro acto que la preceda o sea su justificación, su hora normal de comienzo oscila entre las nueve y las diez de la noche, ya cuando ésta es una realidad inconfundible.

En cualquier caso, y se trate de una comida o de una cena, lo correcto por parte del anfitrión es dejar establecida sin lugar a dudas la hora del acto, por lo que el invitado debe acudir muy puntual a la hora señalada, y no media hora más tarde.

La cena es el colofón de todo lo que se ha hecho, para celebrarlo debidamente, sin las tensiones del día y con la satisfacción de los logros alcanzados, sea en una operación felizmente realizada o para conmemorar un aniversario no menos dichoso o hacer partícipes a todos de un triunfo obtenido o para celebrar los años de servicio de una persona de la empresa o de un triunfo conseguido por ella en cualquier campo.

Algo tan importante como la comida es que se acostumbra limitar el número de invitados a las cenas a aquellos que participan directamente en las conversaciones. Independientemente del sexo de los miembros de una y otra parte, la cena suele abrirse a las esposas y familiares de esos mismos miembros, para celebrar en conjunto lo que proceda en cada caso.

Por esta razón, lo único que podría señalarse, pero que pertenece a la más elemental educación y normas de trato social, es el protocolo que debe observarse con las damas que asistan al acto, a las que se les debe prestar la misma consideración, y a idéntico nivel, que sus esposos, colocándolos en la misma mesa, aunque alternando, de modo que la esposa del anfitrión se sitúe a la derecha del presidente del grupo invitado y la de éste a la derecha de aquél, y así siguiendo en todos los demás casos.

Si asisten también los hijos de los protagonistas del acontecimiento, lo adecuado es situarlos a todos en una mesa dedicada exclusivamente a ellos.

En resumen, y respecto de estos dos actos tan importantes, lo más indicado es actuar sabia y prudentemente para que no pierdan su verdadera importancia y real trascendencia.

El coctel

El coctel o cóctel, de acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, es una reunión o fiesta donde se toman bebidas compuestas de una mezcla de licores a las que se añaden por lo común otros ingredientes. Este tipo de reuniones se organizan generalmente por la tarde.

El coctel, en cuanto acto, es una recepción que reúne a cierto grupo de personas con un fin de interés común, mientras comen y beben de pie, charlando entre sí, independientemente de que puedan haber algunas mesas colocadas con estratégica técnica.

El coffee-break

El sentido de la frase coffee-break, dos palabras inglesas unidas por un guión, es el de pausa para el café, intermedio para el café, interrupción para el café, etcétera, cualquiera de cuyos significados quiere decir que se trata de un acto social introducido a lo largo de una reunión, interrumpiéndola para que, con ese pretexto, se produzca un descanso, tanto para el orador como para los que han acudido a escucharle.

El coffee-break, cuyo origen estadounidense no debemos olvidar, se ofrece en una mesa larga, sin sillas, en plan de self service o con servicio de uno o más camareros, a base de agua, jugo de frutas, café americano y un surtido de pan dulce de tamaño pequeño.

La duración del coffee-break es de aproximadamente 15 minutos, tiempo preciso para intercambiar impresiones con los compañeros sobre el tema que se está desarrollando y, en su caso, para establecer o deshacer alianzas o proceder a alguna votación para la toma de cualquier decisión.

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