Más allá de toda moda de comer flores y de confeccionar licores con ingredientes novedosos, Paolo Lungo, orgulloso ciudadano italiano de raíces occitanas, ha conservado y explotado a través del tiempo, la herencia de sus antepasados, reproduciendo recetas familiares de licores elaborados a base de flores que nada tienen que ver con las últimas tendencias.
Genciana, artemisa y melissa son sólo algunas de las aromáticas flores que se cosechan a mano en el Valle de Stura, ubicado por la sabia naturaleza de manera estratégica, entre la frontera de Francia e Italia, próximo a los Alpes y al mar Mediterráneo, región provenzal que nos evoca perfumes deliciosos de hierbas e ingredientes.
Es en aquella privilegiada zona en donde se ubica la herboristería y laboratorio de licores de ascendencia occitana, en donde aperitivos y digestivos ven la luz día a día, siguiendo procesos centenarios, que traen a nuestras papilas sabores de antaño, gracias al tradicional prensado en frío y a un trabajo totalmente artesanal.
En un mundo globalizado encontramos aún rincones de tradición, en donde la alquimia subsiste, retando a la química y a los procesos industriales, yendo mucho más lejos que los ingenieros de alimentos, tejiendo aromas poéticos que inspiran a todo el que los degusta, las flores en una botella, la miel de los campos atrapada en un vidrio y lista para beberse: puramente poesía embotellada.
Revista Protocolo
save
