Gourmet

Un secreto de buena salud: «Cuisine del templo coreano”

 Traída por diversas instituciones coreanas en México, la chef y monja budista Hyeong Min, da a probar a mexicanos deliciosos guisos tradicionales de la cocina budista coreana

Revista Protocolo

Fotografías: Elia Anel Rosas

Ki Yin Song, Chun Beeho, embajador de la República de Corea; Carlos Pruneda y la chef Hyeong Min
Ki Yin Song, Chun Beeho, embajador de la República de Corea; Carlos Pruneda y la chef Hyeong Min

El Instituto de Proyectos Culturales de Budismo Coreano, el Centro Cultural Coreano en México y la Embajada de la República de Corea en México, presentaron recientemente en un salón de la Hacienda de los Morales, la conferencia-cena “Un Secreto de Buena Salud: Cuisine del Templo Budista”, impartida por la chef-monja budista Hyeong Min.

El budismo coreano también tiene una larga y celebrada historia sobre la comida, así como un punto de vista distinguido sobre su función y valor nutritivo. Las escrituras budistas indican que sus practicantes deben consumir la cantidad mínima de comida para mantener una vida meditativa y los alimentos deben estar preparados con ingredientes puros.

Esta religión en Corea, desarrolló un concepto único en cómo se debe preparar la comida, desarrollando cinco preceptos: el primero y principal es la prohibición de dañar a los animales. Para cumplir con este precepto, en los templos coreanos no se usan productos animales o sus aceites, solo se utilizan vegetales, además se evita a consumir vegetales que contienen estimulantes, debido a que esta clase estimula la mente.

En los templos todo se considera parte de la práctica, por lo que los monjes y monjas están directamente involucrados en la preparación de los alimentos, desde el cultivo de los ingredientes a la elaboración de la comida, que luego comen a la manera ritual monástica “Baru Gong’yang” con cuatro tazones. Esta tradición milenaria aún hoy en día se mantiene viva en los templos budistas coreanos.

La comida consiste en varios manjares elaborados con vegetales de las montañas, condimentados con algas marinas y fermentados en salsa de soya. La comida de templo es nutricionalmente equilibrada debido a la utilización de aceite de perilla, un sustituto sano de grasas animales, el tofu y soya, ambos ricos en proteínas. Estas recetas son útiles para la prevención de enfermedades geriátricas.

La chef Hyeong Min, que también es monja budista, fiel a los principios de este dogma, señaló que la cocina de templo no solo alaba la dieta vegana, sino que prohíbe el uso de cinco condimentos especialmente fuertes: cebolla, ajo, cebollino, cebolla verde y puerro, que se consideran nocivos para la práctica budista, porque, según cuenta la tradición, estimulan la libido.

El modo de aprovechar estas restricciones es mejorando la relación con la naturaleza: aprendiendo los principios básicos de la cocina del templo coreano, se puede llegar a comprender qué ingredientes están disponibles en cada estación y cómo se cultivaron. Armonizando con los caprichos y bondades de la naturaleza, todo en un solo lugar.

“La comida es una herramienta para cambiar el corazón de alguien, es decir, cuando una persona prepara la comida con un corazón luminoso y saludable, un corazón libre de rabia, la comida remueve el interior de la persona que la consume”, aconsejó la chef a los asistentes que acudieron a la degustación.

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