Gourmet

Vinos sudafricanos: latitudes exquisitas

El vino favorito de Napoleón, nada menos que el de la región de Constantia en Sudáfrica, era considerado durante el siglo XIX un emblema enológico de la región.
Montserrat Piñeiro Guerrero

Durante su exilio en Santa Elena, el gobernante galo se hacía llegar varias cajas de dicho caldo.

Todo comenzó en 1652, cuando la Compañía Holandesa de las Indias Orientales se instaló en la región, llevando consigo vides de las variedades muscat blanc, palomino y muscat de Alejandría, también llamada hanepoot.

Al momento de vendimiar los productos de dichas plantaciones se obtuvieron resultados tan satisfactorios que la historia vinícola sudafricana comenzó a escribirse.

La región de Constantia fue delimitada en 1685 por Simon van der Stel, su propietario, quien realizando sus creaciones únicamente con uva muscat de Frontignan (la más fina entre las cepas existentes en la región) fungió como pionero de los exitosos caldos regionales coexistiendo con los franceses que desembarcaron en la región aledaña.

Pronto, la producción de vinos similares al oporto y al jerez conquistaron los paladares ingleses, aprovechando de forma que no podía ser más acertada las cepas que poseían en sus terrenos.

Desequilibrios ocasionados por el apartheid y la filoxera
La producción de vinos elaborados con variedades blancas y tintas se dejaba apreciar en el viejo continente en un auge que duró hasta el siglo XIX, cuando la célebre enfermedad de la vid, la filoxera, atacó gran parte de la superficie cultivada.

La crisis vinícola se acentuó con el apartheid, el cual trajo consigo numerosos bloqueos comerciales con distintos países. El renacimiento del vino sudafricano no vio los escenarios hasta 1991, cuando la demanda retomó fuerza, solicitando vinos de calidad a precios moderados. Las variedades colombard, chenin blanc y pinotage (resultado de la cruza entre cinsault y pinot noir) fueron la base de los nuevos caldos, aunque con el tiempo, cepas como la sultana y kap-riesling en blancas y cinsault y cabernet franc en tintas aparecieron también dentro del panorama.

Su denominación de origen
Con un carácter predominantemente inglés, el Wine and Spirit Board, concedió a ciertos vinos el título de Wine of Origin, el cual se divide en las siguientes clasificaciones:

Región: Hace referencia a una zona de cultivo delimitada que puede contener varios distritos. Básicamente señala las variedades de vinos que se producen en un área y que poseen propiedades organolépticas distintivas.

Ward: Designa pequeñas zonas vinícolas que pertenecen, en su mayoría, a un solo propietario o a un grupo determinado de productores.

Estate: Define un área en la cual se trabaja únicamente con la uva cultivada en sus terrenos, la cual se vendimia dentro de la misma propiedad.

Diversidad en el mercado
En un inicio los vinos sudafricanos se definían mayoritariamente como easy drinking wines, lo cual se traduce en vinos de buena calidad pero con buqué y gusto de relativa sencillez, esto debido a la producción a gran escala. Dichos productos eran apreciados en el mercado europeo para ser consumidos de forma cotidiana.

Con la evolución de la vitivinicultura y el desarrollo de propiedades que producían vinos a baja escala, la calidad de los caldos de la región ascendió notablemente hasta lograr el nivel de los europeos con una producción de vinos premium.

Además, la predilección de los productores sudafricanos por la elaboración de blancos (resultado de la escuela vinícola alemana que predomina en el área), se vio ligeramente menguada dando paso a los tintos, sobre los cuales se ha centrado la atención mundial.

Constantia
Para comenzar a describir cada una de las regiones vinícolas de Sudáfrica, es indispensable hacerlo por Constantia debido a que es la más emblemática tanto en el plano mundial como en el local. Con un suelo rojizo y barroso que posee una gran capacidad para absorber humedad, esta tierra se distingue por lograr que los vinos elaborados con chardonnay y sauvignon blanc desarrollen aromas sumamente particulares que recuerdan a bayas y cítricos, con un toque mineral y cierto carácter herbal que sólo pueden obtenerse en esta región del planeta.

Los tintos, por su parte, se caracterizan por una mezcla de eucalipto, tonos ahumados y notas de café.

Franschhoek
La traducción de dicho nombre es “rincón francés” debido a que en 1688 ingresaron a la zona aproximadamente 200 hugonotes provenientes de Francia, estableciéndose en el área y ejerciendo su savoir-faire en vitivinicultura. Las variedades bordelesas siguen presentes en los vinos de dicha área, tintos y blancos presentan ciertas propiedades galas, variando su calidad según la altura de la zona de su cultivo debido a las numerosas formaciones montañosas del lugar.

Stellenbosch
Es aquí donde se localiza el centro de investigación vitícola de Sudáfrica y donde a través de catas profesionales se otorga el título de Wines of Origin a los caldos que lo ameritan.

Con el monte Helderberg de fondo, Stellenbosch es una de las regiones vinícolas más bellas del planeta que incluye cumbres, valles y declives, los que favorecen una variada producción dentro de la que se encuentra el espumoso Cap Classique, que podría llamarse el champagne sudafricano, hasta vinos de botritis que se encuentran entre los mejores del mundo.

Las dry farmed vineyards, viñas que no necesitan ser regadas, producen vinos de bajo rendimiento y altísima calidad para los cuales los productores ya están solicitando una denominación de origen específica.

La pinotage es también la cepa tinta característica de la región que la diferencia de las variedades que dominan el panorama mundial; desprende aromas característicos a cáscara de plátano, acetona, canela y piñones, logrados por medio de fermentaciones a baja temperatura. Producto de la cruza de cinsault y pinot noir, esta uva presenta en los vinos que la incluyen, un perfil inconfundible que logra el reconocimiento de los expertos.

Pearl
Esta ciudad se edificó al pie de una montaña de granito cuya particularidad es adquirir un tono aperlado durante la puesta del sol que se genera posterior a las lluvias, de ahí su nombre.

Ubicada en la misma latitud que Jerez de la Frontera en España, pero en el hemisferio sur, esta región producía vinos tipo jerez con variedades como la white french, palomino y colombard que con la evolución del gusto de los consumidores fueron desplazadas para dar paso a la elaboración de vinos blancos secos confeccionados con uvas bukett y hanepoot.

Robertson
Con un clima similar a la región de Oporto, con veranos suaves y noches frescas, Robertson produce caldos tintos y blancos característicos por su finura.

Los vinos dulces de moscatel son su nota diferencial, presentando desde tonos dorados hasta cobrizos provocando los deleites de todo espectador.

Walker Bay
Situada en la costa atlántica, es la región más joven de este país (después de Elgin), en donde fueron plantadas las primeras vides en el año de 1976, imaginando que sus suelos de pizarra favorecerían las propiedades de la cosecha y en efecto, aun siendo viñas jóvenes, los vinos producidos atrajeron la atención internacional desde 1980, a partir de esa fecha son contados los enólogos que pueden pasar por alto esta zona productora que iguala y en ocasiones hasta supera a los principales productores mundiales.

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