El gobierno alemán busca liderar el cambio hacia una era más verde
El gobierno alemán ha decidido apagar paulatinamente todas las centrales nucleares del país antes de 2022. La resolución aún deberá ser ratificada.
Con esta decisión el Ejecutivo alemán emprende un giro radical a su política energética, pues sólo ocho meses atrás había establecido la postergación, para 12 años más adelante, de las 17 centrales nucleares que existen en Alemania —cierre previsto en un plan energético del gobierno anterior—, con el argumento de que la energía atómica serviría de tecnología puente hacia fuentes eficientes y renovables.
Ahora la desconexión se entiende —después de la catástrofe nuclear de Fukushima— como una “gigantesca oportunidad económica y empresarial que impulsará la investigación, la exportación y la creación de empleo”, en palabras del gobierno alemán, dichas por el ministro federal de Medio Ambiente, Norbert Röttgen.
Desde marzo de este año se había introducido ya una moratoria de tres meses en el plan de 2010 que respaldaba la ampliación de la vida útil de las centrales nucleares. Cumplido el plazo el pasado mes de mayo, siete centros de producción de energía atómica (Biblis A, Biblis B, Neckarwestheim 1, Brunsbüttel, Isar-1, Unterweser y Phillipsburg-1) debieron cerrarse y permanecerán así definitivamente. El reactor de Krümmel, que también se desconectó para una revisión, tampoco volverá a funcionar.
La última estrategia energética —porque se ve que lo “nuevo” dura más bien poco— plantea un enorme desafío estructural que deberá sostenerse sobre la base de un ley de energías renovables, cuya aprobación impulsará el actual gobierno alemán. Las cláusulas de dicha ley aún no se conocen en términos definitivos pero con ellas se busca que las nuevas fuentes energéticas cubran, para 2022, al menos un 35 por ciento de la producción en el país.
Para ello deberán aplicarse sistemas de almacenamiento eléctrico eficientes amén de que se modernice la red de distribución de electricidad; se construirán centrales térmicas de gas para dar estabilidad a la red; se fomentará la construcción de molinos de viento terrestres y de centrales solares y a base de biomasa; se subvencionará el aislamiento eficaz de edificios, y por último, se construirán parques eólicos marinos.
Al día de hoy los reactores nucleares en Alemania cubrían alrededor de 23 por ciento de las necesidades eléctricas del país —Francia es por mucho el país de la UE que más utiliza esta clase de fuente energética: con 58 plantas en su territorio produce hasta tres cuartas partes de la electricidad que necesita. Con este apagón progresivo que se ejecutará en el lapso de una década, el gobierno alemán busca liderar el cambio hacia una era más verde. (CAI (g), con información de la prensa alemana e internacional)
Revista Protocolo
