Al cumplirse 32 años del golpe de Estado en Chile, el pasado 11 de septiembre unas 10 mil personas marcharon por el centro de la capital chilena para conmemorar.
Dicha movilización finalizó en las afueras del Cementerio General con incidentes que llevaron a la detención de 13 personas.
La marcha pasó por un costado del presidencial Palacio de La Moneda, y algunos manifestantes lanzaron bolsas con pintura contra los muros y gritaron consignas contra el mandatario Ricardo Lagos y la candidata presidencial oficialista Michelle Bachelet.
En el césped de la Plaza de la Constitución, al frente de la sede del Ejecutivo chileno, se sembraron decenas de pequeñas cruces en recuerdo de los detenidos-desaparecidos y otras víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La movilización fue encabezada por el candidato presidencial del izquierdista movimiento Juntos Podemos Más, Tomás Hirsch, quien llevaba un lienzo donde se leía «No a los indultos. No a la impunidad».
El acto popular de la conmemoración del golpe del 11 de septiembre de 1973 estuvo marcado por el rechazo a una iniciativa legislativa que otorgaría beneficios a militares condenados por violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura.
En las cercanías del Cementerio General, los manifestantes intentaron levantar barricadas y lanzaron piedras a los efectivos de Carabineros (policía militarizada), lo que llevó a la fuerza pública a utilizar carros lanza-agua para disolver a la turba.
El ministro del Interior, Francisco Vidal, declaró a la prensa que la movilización se realizó con normalidad, salvo por la actuación de entre 100 y 150 infiltrados que provocaron «incidentes absolutamente menores» por los que fueron detenidas 13 personas.
Revista Protocolo
