Internacional

Alemania inaugura carnaval con toma de poder de las mujeres

En el “jueves sucio” las mujeres alemanas toman el poder tanto a escala estatal, como familiar

Alemania inauguró el pasado 15 de febrero su carnaval con la tradicional “Weiberfastnacht”, una fiesta en la que las mujeres toman el poder tanto a escala estatal, como familiar.

En un tradicional acto, las mujeres tomaron las llaves de los ayuntamientos de las localidades de Renania del Norte Westfalia y Baden-Württemberg, estados federados en los que está tradición tiene un arraigo mayor.

Concretamente, la “Weiberfastnacht” proviene de la ciudad de Colonia, en la que hoy en día se celebra el carnaval más famoso y grande de Alemania. Tras quedar inaugurada la “Weiberfastnacht”, las mujeres “liberaron” guarderías, escuelas y universidades.

El “jueves sucio”, como es denominado ese día en algunas regiones alemanas, como la de la Selva Negra y el Lago Constanza, en el sur del país, esta fiesta es comúnmente aceptada y los comercios y oficinas permanecen cerrados durante todo el día.

Las mujeres alemanas pueden hacer lo que deseen ese día, desde la suspensión de su jornada laboral, hasta la toma de poder en las ciudades. Incluso tienen permitido cortar la corbata a los hombres que se encuentren por la calle y pueden elegir a la pareja que deseen para celebrar el carnaval.

En las calles y en los ayuntamientos se oye música, desfilan las carrozas y pasacalles y se comen dulces y alimentos tradicionales. Los disfraces más famosos este año fueron los de pirata, enfermera, papa y diversos animales como la vaca, el toro o el elefante. Sin embargo, clásicos como el de payaso, demonio y vaquero se vieron frecuentemente en la “Weiberfastnacht”.

El carnaval es un gran negocio en Alemania. Solamente en Colonia, esta fiesta asegura tres mil puestos de trabajo y permite beneficios económicos de 350 millones de euros (460 millones de dólares). En la ciudad vecina de Düsseldorf, también en Renania del Norte Westfalia, el carnaval registra un volumen de negocios de 235 millones de dólares (alrededor de 309 millones de dólares).

Revista Protocolo

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