Internacional

Concluir Europa, no cambiarla

La ex presidenta del Parlamento Europeo Nicole Fontaine resume así el futuro del quehacer europeo tras las elecciones de mayo

Por Dra. Mónica Velasco Pufleau

Nicole Fontaine

Scy-Chazelles, Francia.— Durante los días 5 y 6 de junio, la Casa de Robert Schuman (1886-1963), conocido por ser uno de los Padres de Europa, fue sede de las Jornadas Transfronterizas Jean Monnet convocadas para discutir sobre el principio electivo en la Unión Europea (UE).

La conferencia magistral estuvo a cargo de la ex presidenta del Parlamento Europeo (PE) Nicole Fontaine (Partido Popular Europeo, 1999-2002), quien abordó el tema de las principales enseñanzas y perspectivas derivadas del escrutinio de las elecciones europeas de mayo. En particular, refiriéndose a las consecuencias y razones del incremento de los partidos eurofóbos en la nueva configuración política de la Eurocámara y lo que se debería de esperar de la UE en estos momentos.

Sobre el primer punto mencionó que, en virtud de los resultados generados, podría consolidarse la ya latente expectativa de que se constituya un tercer grupo político eurófobo en el PE. Además, avecinó una posible modificación en el funcionamiento de la institución al verse éste influido por un nuevo factor basado en la dicotomía de estar a favor (eurófilos) o en contra (eurófobos) del proyecto europeo. Factor que se sumaría a los relacionados con las fuerzas políticas (básicamente: derecha/izquierda) y con las fuerzas nacionales (estados miembros); ambos ya presentes en el actual funcionamiento del Parlamento.

Respecto al incremento de los partidos eurófobos, indicó varias razones; entre ellas: (i) las constantes críticas dirigidas a Bruselas por decidir en lugar de los estados miembros, (ii) el desempleo y la crisis económica, (iii) la crisis de identidad europea, (iv) la burocracia de Bruselas, (v) el estar demasiado a la defensiva respecto a la construcción europea y, sobre todo, (vi) el haber dejado que se infiltrara la idea de que todo lo que no funciona en Europa es culpa de Bruselas. Como ejemplo de esta situación señaló que incluso se llegó a responsabilizar a Bruselas y al euro de la crisis económica.

En el mismo contexto, cuestionó si la UE había puesto suficiente atención a la creciente abstención de los ciudadanos en las elecciones al PE, la cual, contradictoriamente, vino ocurriendo de forma paralela al incremento de los poderes de la institución. De igual manera abrió una interrogante sobre si el PE había hecho bien su rol y si los ciudadanos habían logrado comprenderlo. En especial, cuestionó si realmente se habían puesto en marcha buenas soluciones para el trabajo conjunto entre el PE y los parlamentos nacionales. Como una preocupación mayor, destacó el hecho de que en países como Francia el 30 por ciento de los menores de 35 años haya votado por un partido eurófobo como el Frente Nacional. En consecuencia, dijo que aún faltaba mucho por hacer en relación con los jóvenes y señaló como parte de la solución el hacer más uso de programas como Erasmus+, que promueven la movilidad y la cooperación universitaria.

Dicho lo anterior, Nicole Fontaine abordó la tercera parte de su exposición criticando el eslogan de varios partidos que compitieron en las elecciones europeas y que hicieron hincapié en la necesidad de cambiar a Europa. Puesto que en su opinión “no hay necesidad de cambiar a Europa, sino recorrer el camino inacabado”. Para ello, destacó la conveniencia de contar con una personalidad fuerte a la cabeza de la Comisión Europea que sea capaz de hacer frente a los jefes de Estado y de Gobierno de los estados miembros de la UE. Asimismo, subrayó el deber de ir a lo esencial, por ejemplo, buscando una integración más fuerte en lo económico, fiscal y presupuestario. Además, mencionó la necesidad de consolidar una verdadera política exterior común; avanzar con equilibrio en el tema de la inmigración que continúa siendo un punto difícil en la UE; así como tener una visión clara de lo que se va a hacer en conjunto, pues —dijo— el ciudadano siente que ya no hay un proyecto.

Al cerrar su exposición, Fontaine declaró su deseo de que regrese lo que denominó “la fuerza europea”. En este sentido, rememoró que en el tiempo en que ella fue presidenta del PE había personas que todavía lloraban al estar enfrente de la bandera europea.

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