Cristina Fernández de Kirchner se convirtió en la primera presidenta electa de Argentina.
Los resultados de los comicios del pasado 28 de octubre mostraron que recibió cerca del doble de los sufragios obtenidos por sus dos principales rivales.
Fernández, esposa del actual presidente, Néstor Kirchner, capturó casi 45 por ciento de las preferencias, en las elecciones a las que se presentaron 13 candidatos.
Los principales contendores de Cristina Fernández, el ex ministro de economía Roberto Lavagna y la ex legisladora Elisa Carrió aceptaron su derrota.
En un discurso pronunciado en Buenos Aires, el 28 de octubre, Fernández dijo que ella y sus partidarios sienten gran responsabilidad y obligación ante Argentina.
“Hemos ganado ampliamente (…) Quiero convocar a todos sin rencores, sin odios. Nos merecemos un país mejor», dijo la primera dama ante decenas de sus partidarios que festejaban en el comité nacional de campaña.
La mandataria electa llamó al público a ayudar a crear una nueva sociedad y una nueva imagen para el país.
Fernández prometió mantener las políticas de su esposo, las que revivieron la economía argentina, tras su colapso en 2001.
Analistas sostienen que la nueva presidenta también enfrentará duros desafíos, incluyendo el combate de la alta inflación y la escasez energética.
Su victoria dará pie a un traspaso de poder entre esposos, algo inédito en América Latina.
“Los Pingüinos”, como llaman a los Kirchner por su origen patagónico, comparten ideología y militancia en un país que un lustro atrás ni siquiera podía permitirse soñar con llegar a la Casa Rosada.
Fernández, que reivindica los orígenes combativos del peronismo, llegará a la Casa Rosada bajo la promesa de mantener las políticas que llevaron al país a un ciclo de arrollador crecimiento económico durante los cuatro años de gestión de su marido.
Sin embargo, Fernández deberá enfrentarse a una aceleración de la inflación que está castigando duramente los bolsillos de los argentinos, la falta de inversiones en infraestructura, casos de corrupción y altos índices de delincuencia, entre otros problemas.
Revista Protocolo
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