Internacional

El Ever Given en el canal faraónico

La autora analiza como afectó económicamente el encallamiento del polémico buque en el canal de Suez, así como los costos y gastos que la empresa Shoei Kisen, dueña de la embarcación, tuvo que pagar por el incidente

Aribel Contreras Suárez*

Ciudad de México, 9 de julio de 2021.— Después de más de tres meses de litigio, el Ever Given ha sido liberado del Gran Lago Amargo, el cual se ubica casi a la mitad del canal de Suez en Egipto. Pero, ¿cuál fue el problema que originó que este caso diera la vuelta al mundo?

Primero recordemos las características de este buque. Es el portacontenedor más grande del mundo, con 400 metros de eslora (longitud) y 200 metros de manga (ancho), con capacidad de hasta 20 mil contenedores, soporta una carga máxima de 200 mil toneladas, es automatizado, utiliza el gas natural licuado (GNL) como combustible no contaminante y es considerado de última generación.

El buque pertenece a la empresa japonesa Shoei Kisen Kaisha pero es operado por la naviera taiwanesa Evergreen Marine. La bandera con la que está registrado es de Panamá y la tripulación es de la India. Aquel 23 de marzo de 2021, quedó atravesado en el canal de Suez. La información inicial fue que se debió a una tormenta de arena. Luego de seis días, lograron desencallarlo, dragando 30 mil metros cúbicos de arena, utilizando 11 remolcadores portuarios y dos remolcadores marítimos, además de que la luna llena permitió que la marea subiera y finalmente se lograra el arrastre desde la popa y luego desde la proa. Todo ello permitió que pudiera reflotar y así permitir el tránsito de las otras 437 embarcaciones que estaban en espera.

Pero esto no significó que pudiera seguir su rumbo. La autoridad del canal de Suez no le permitió salir de esta vía y le exigió al capitán del buque permanecer dentro del Gran Lago Amargo mientras se iniciaban las investigaciones y se abría un juicio en el Tribunal Económico de Primera Instancia de Ismailia, Egipto.

¿Qué sucedido durante este tiempo?

Mientras la tripulación permanecía a bordo, las aseguradoras compilaron la información que tenían por parte de la naviera y el buque. En paralelo, la autoridad del canal informaba que esto era resultado del exceso de velocidad del buque, por lo que la empresa dueña del navío argumentó que el capitán había seguido las instrucciones de los dos practicantes a bordo que comúnmente ayudan a guiar el paso por el canal, sin embargo, la cuota para reparar el daño ocasionado fue establecida en 916 millones de dólares en mayo. Esto ocasionó críticas en el ámbito internacional ya que era una cantidad excesiva. La audiencia del 30 de mayo fue aplazada para el 20 de junio para dar tiempo a contar con más información y para que ambas partes avanzaran en la negociación, la cual se sabía que no sería sencilla. Entre estires y aflojes, la cifra fue reducida a 550 millones de dólares mientras que la empresa Shoei Kisen Kaisha, dueña del buque, ofreció 150 millones de dólares. La audiencia del 20 de junio nuevamente fue aplazada en un esfuerzo por alcanzar un acuerdo amigable. Esta audiencia fue señalada para el 4 de julio. Sin embargo, el 25 de junio se anunció que al fin había un “acuerdo en principio”, el cual no se reveló en detalle pero sí permitió dar un respiro a este caso.

¿Cuál fue el acuerdo final?

Más allá de las condiciones meteorológicas, la responsabilidad de un posible error humano y la velocidad del buque, las partes llegaron a un acuerdo para permitir que la embarcación encendiera sus motores después de 105 días a cambio de un monto bastante considerable para pagar el daño ocasionado. Los daños cuantificados fueron los costos por los remolcadores necesarios para dragar la arena, la mano de obra y la parálisis de dicho canal durante los seis días.

Los asesores jurídicos de las aseguradoras hicieron uso de sus habilidades de negociación para llegar a un acuerdo antes que el tribunal se involucrara directamente.

Este caso pasará a la historia pero lo importante es tomar medidas en todas las partes involucradas para evitar que se vuelva a suscitar un hecho similar. El gobierno de Egipto inició las obras de ampliación del canal en el área donde sucedió esta situación. La naviera, aseguradoras y la dueña del barco harán lo propio para cubrirse mejor y evitar futuros accidentes de esta naturaleza que, además de costar grandes cantidades de dinero, paralizaron el comercio marítimo que usa esta vía, afectando: i) cadenas de suministro, ii) alza de precios del petróleo, iii) congestión de los puertos destino, iv) costos variables por el retraso que esto ocasionó, v) casi diez mil millones de dólares por día, vi)  mayor desequilibrio en el uso de contenedores y vii) un desgaste legal que confrontó a las partes y que culminó con un acuerdo millonario.

* Coordinadora de la Licenciatura en Negocios Globales en la Universidad Iberoamericana

Twitter y Linkedin: @AribelContreras. Facebook / Instagram: aribeldiplomatique

Países que nos están viendo

ALIANZAS