Internacional

El populismo no ha muerto en América Latina

Incluso después de las victorias electorales de los partidos de oposición en Argentina y Venezuela, aún es muy temprano para declarar el fin del populismo

Por Jimena Zúñiga, Bloomberg Intelligence

Fin del kircherismo y el chavismo no terminan con populismo en ALIncluso después de las victorias electorales de los partidos de oposición en Argentina y Venezuela, aún es muy temprano para declarar el fin del populismo en América Latina. En lugar de ello, estos países y la región en general, deberían prevenir que el populismo volviera a aparecer.

El populismo macroeconómico, definido por los economistas Rudiger Dornbusch y Sebastian Edwards como “un enfoque de la economía que hace énfasis en el crecimiento y la distribución de los ingresos y pone menor atención a los riesgos de la inflación y el déficit de las finanzas públicas, las restricciones externas y la reacción de los agentes económicos ante agresivas políticas económicas no basadas en el mercado”, termina típicamente en un caos macroeconómico, para detrimento de los fines que se supone que persigue.

El kircherismo en Argentina y el chavismo en Venezuela son las manifestaciones principales del populismo en la región. El hecho de que hayan sido derrotados en las urnas en 2015 es algo positivo para las perspectivas económicas de mediano plazo para cada país. Sin embargo, llamar a estos triunfos el fin del populismo económico es un error.

Para empezar, las fuerzas de oposición alcanzaron victorias relativamente pequeñas. En Argentina, Mauricio Macri derrotó a Daniel Scioli sólo por 2.8 por ciento en la segunda vuelta electoral el pasado 22 de noviembre. En Venezuela, la mayoría de dos tercios de la oposición exagera su proporción en el voto nacional (56.2%), una cortesía del fuerte sesgo mayoritario del sistema electoral.

Esto sugiere que una gran fracción de la población está lejos de estar desencantada con los regímenes populistas. El hecho de que Néstor Kirchner y Hugo Chávez hayan fallecido antes de que las consecuencias más agudas de sus políticas se hicieran evidentes, se suma a la dificultad de los votantes de atribuirles correctamente la responsabilidad de esos resultados. En Argentina aún es común escuchar la frase “con Néstor esto no pasaba”. Y en Venezuela, Chávez disfruta de un 57 por ciento de aprobación, de acuerdo con una encuesta de Datanalisis.

Esta confusión presenta una ventana de oportunidad a través de la cual el populismo podría regresar a la escena política latinoamericana, especialmente si el gobierno de Macri en Argentina o eventualmente un nuevo gobierno en Venezuela, tienen un decepcionante desempeño.

El gráfico que aquí se muestra ilustra la extensión de la brecha entre líneas socioeconómicas en el voto presidencial en Argentina, utilizando la metodología elaborada por el politólogo Andy Tow. Destaca el atractivo que el populismo macroeconómico mantuvo entre los votantes de bajos niveles socioeconómicos y la necesidad de que las más sólidas políticas de Macri tengan éxito económico, si han de alcanzar una base política más amplia.

Solamente después de que se apliquen y validen políticas más sólidas tanto en Argentina como Venezuela, la región estará más cerca de proclamar la muerte del populismo macroeconómico.

Revista Protocolo

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