El sheriff más temido del oeste realizó su primer operativo del año

Personalidades famosas se unen a este tipo de redadas, lo que causa más temor entre la población hispana

Por Iris Araiza

Phoenix, Arizona (EU).— Con más de 200 oficiales y colaboradores, se llevó a cabo el primer operativo del año del alguacil Joe Arpaio.

El sheriff más temido del oeste volvió a hacer de las suyas durante el último fin de semana de enero cuando se lanzó a las calles en otro de sus operativos contra el crimen; a pesar de que el año pasado el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) le retiró el poder para arrestar a personas en la calle sólo por su estatus migratorio.

En el lapso de esos dos días se arrestó a 83 personas de las que 68 eran indocumentadas y el resto fueron detenidos por delitos como drogas y robo. También las autoridades decomisaron 330 kilos de marihuana así como metanfetaminas, anunció en conferencia el alguacil, quien agregó que este operativo formó parte de una investigación sobre actos de narcotráfico y tráfico de personas y que estaba dispuesto a arrestar a todo el que incumpliera la ley.

Personalidades famosas se unen a este tipo de redadas, lo que causa más temor entre la población hispana pues piensan que la popularidad de dichos personajes afecte a la comunidad latina con la creación de más grupos antiinmigrantes y termine generando más discriminación y crímenes de odio.

Desconcierto, temor e incertidumbre fueron sentimientos que predominaron entre los indocumentados del condado Maricopa el pasado 27 y 28 de enero, cuando al saberse que los alguaciles estarían en las calles nuevamente paralizaron algunas de sus actividades tales como salir a trabajar o llevar a sus hijos a la escuela por el temor de ser detenidos e interrogados.

Los miembros de la comunidad hispana estamos conscientes de que vivir en Arizona es un riesgo constante, con papeles o sin ellos, pues la discriminación se hace sentir en nuestras calles. Cuando al final lo único que quiere esta parte de la población es trabajar para dar una vida digna a su familia y ése termina siendo su único delito.

Revista Protocolo