El 19 de enero de 2004 dieron inicio las elecciones primarias en Estados Unidos, preámbulo de las que se llevarán a cabo el próximo 2 de noviembre, fecha en que será electo el futuro presidente de esa nación, quien tomará posesión el 20 de enero de 2005.
El candidato oficial por el Partido Demócrata es John Forbes Kerry —quien curiosamente tiene unas siglas nada indiferentes para el electorado estadounidense: JFK—. Kerry irá acompañado en la fórmula por John Edwards.
En el Partido Republicano los únicos candidatos que estuvieron en campaña fueron George Bush y Richard Cheney, siguiendo la misma fórmula electoral de las elecciones de 2000 y quienes buscan ser reelectos.
Candidatos a la vicepresidencia
El vicepresidente de Estados Unidos, Richard Cheney, es un hombre con amplia experiencia política por su trayectoria en la administración pública de Estados Unidos. Sin embargo, su presencia en la actual administración ha sido algo deslucida, si la comparamos con la vicepresidencia de Al Gore, muy probablemente debido a fines estratégicos por la situación mundial.
John Edwards fue candidato del Partido Demócrata hasta marzo. Es un hombre joven no sólo en la edad, sino en la política. Pertenece a una familia de clase media, lo que le ha servido como estandarte en su campaña y ahora en la campaña para vicepresidente. Su percepción de “las dos Américas” caló hondo en el electorado, muchos analistas concuerdan en señalar que Edwards es la imagen del “sueño americano”. Temido por sus adversarios por su capacidad de debate y por ser un litigante modelo.
El 6 de julio Kerry anunció mediante un correo electrónico enviado a sus simpatizantes la elección de John Edwards como compañero de fórmula. Isabel Studer, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), señala muy acertadamente lo siguiente: “…la selección del candidato a vicepresidente también es una ocasión para corregir desequilibrios o buscar complementariedades frente al electorado”.
Desde el día de la nominación, las muestras de satisfacción, no sólo por parte de los votantes, sino también de los analistas y los medios de comunicación, han sido numerosas. Casi todos concuerdan que la elección de Edwards como candidato a la vicepresidencia pondrá, a unas ya de por sí difíciles elecciones, un reñido final. Además de que vino a oxigenar la campaña de Kerry, debido a su gran carisma y a su facilidad de palabra. Aunado a ello, se dice que John Edwards puede llegar a sectores como las pequeñas comunidades rurales del sur, los obreros, los protestantes (Edwards es metodista) y los jóvenes (de los cuatro candidatos es el más joven).
Las encuestas
A principios de 2004 los candidatos se encontraban empatados a escala nacional y no ha habido grandes variaciones en los últimos meses. Según los analistas, es probable que el electorado esté polarizado y no quiera definirse hacia un lado o hacia el otro, con el objetivo de no perder ninguna opción y mantener a los candidatos a corta distancia hasta las elecciones.
En donde se ve una mayor definición es en las encuestas por sectores de votantes; por ejemplo, los votantes blancos le dan un 53 por ciento a Bush y un 41 por ciento a Kerry, los negros un 81 por ciento a Kerry y un 12 por ciento a Bush, y los hispanos un 57 por ciento a Kerry y un 38 por ciento a Bush. Las últimas encuestas realizadas por medios de comunicación le dan a Kerry una ventaja de ocho puntos respecto a Bush, sin embargo no se puede tomar como un resultado fijo a futuro, porque la encuesta se efectuó en un momento de gran cobertura mediática para el Partido Demócrata.
El financiamiento
En lo que se refiere al financiamiento, los candidatos pueden recaudar dinero entre los ciudadanos. Una vez que se llevan a cabo las convenciones nacionales de los partidos, Estados Unidos proporciona fondos públicos (que este año ascenderán a casi 75 millones de dólares). Hasta el mes de julio (cierre de esta edición) Kerry logró recaudar 180 millones de dólares de contribuciones privadas, mientras que Bush obtuvo 210 millones de dólares.
Estados difíciles
Los candidatos están dirigiendo su atención a 22 estados, entre ellos Arizona, Colorado, Louisiana y Ohio, los cuales no habían sido considerados como prioritarios en la captación del voto, pero pueden ser clave en la recta final de los comicios y decidir el triunfo de cualquiera de los candidatos.
La participación de Ralph Nader como candidato independiente puede inclinar la balanza y cambiar los resultados de manera sorprendente como sucedió en 2000. Este personaje se presentó hace cuatro años como candidato del Partido Verde, en aquel entonces sin mucha fuerza política, pero con el 3 por ciento obtenido en las elecciones eliminó a Al Gore. En esta ocasión puede ocurrir algo similar, sobre todo en los estados que muestran un porcentaje elevado de indecisión.
El voto hispano
La captación del voto hispano ya se había reflejado en las pasadas elecciones y en esta ocasión no ha pasado inadvertido. Las proyecciones indican que podrían asistir a las urnas 6.9 millones de hispanos con derecho a votar. Arizona y Nuevo México son los dos estados con mayor presencia latina, pero también hay latinos en Delaware, Dakota del Norte, Carolina del Sur, Missouri y Oklahoma.
El Partido Republicano ha propuesto una amplia reforma migratoria que incluye otorgar visas temporales a millones de trabajadores indocumentados, han apelado también a los valores hispanos, la defensa de la unión familiar y la oposición al aborto. Sin embargo, a excepción de las recientes crisis de Haití y Venezuela, todos estos temas se han visto relegados en la administración Bush, que se ha centrado en asuntos de seguridad nacional y de política exterior.
Por su parte, el Partido Demócrata ha aprovechado esta circunstancia y ha extendido sus promesas y objetivos no sólo a la comunidad hispana sino a Latinoamérica. En lo que se refiere a los latinos ha prometido más empleos y un seguro social, reformas migratorias para los trabajadores con más de cinco años viviendo en Estados Unidos para poder obtener su legalización y posteriormente la ciudadanía, también ha prometido incrementar el número de visas para los familiares inmediatos de los inmigrantes y una mayor protección de los derechos laborales.
La política exterior
Durante la administración Bush la política exterior de Estados Unidos se reflejó como una política unilateral, alejada de los organismos internacionales y de los acuerdos, como sucedió con la negativa de firmar el Protocolo de Kioto y de aceptar la participación de las Naciones Unidas antes del ataque a Irak.
La economía estadounidense ha sido la norma general que determinaba los resultados electorales, pero en esta contienda se ha visto apagada por los temas de seguridad nacional, sobre todo después del 11 de septiembre de 2002, cuando Estados Unidos emprendió la batalla en contra de los terroristas islámicos y de los gobiernos que los refugiaban.
La guerra de Irak ha dado mucho de qué hablar y sin duda será un factor importante para definir los resultados de noviembre. La política exterior de Bush se ha vuelto más cautelosa empezando por transferir la soberanía de Irak, quizá buscando que el electorado vea con otros ojos este tema. Aunque todavía el fantasma del terrorismo y de los futuros ataques sigue siendo un arma importante para el gobierno de Bush, quien busca situarse como el garante de la seguridad estadounidense. En fecha reciente el secretario de Seguridad, Tom Ridge, señaló que era posible que los terroristas tuvieran en la mira las convenciones de los partidos y las elecciones, para producir el mismo efecto del 14 de marzo. Por su parte, la política exterior de Kerry busca regresar a los canales multilaterales y ser más realista en los objetivos que se pretendan alcanzar.
El proceso electoral es largo y los tiempos que se viven difíciles, así que tratar de adivinar el futuro es imposible. Tendremos que dejar los resultados en una ansiosa incógnita.
John Ferry
John Kerry nació el 11 de diciembre de 1943 en Denver, Colorado. Se graduó en la Universidad de Yale y posteriormente entró al cuerpo de marina. Participó en la guerra de Vietnam. Ha sido miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. En 1982 Kerry fue electo gobernador de Massachusetts y en 1984 senador por el mismo estado. Está casado con Teresa Heinz Kerry y tiene dos hijas: Alexandra y Vanesa; la familia radica en Boston.
John Edwards
John Edwards nació el 10 de junio de 1953 en Seneca, Carolina del Norte. Cursó en la Universidad de Carolina del Norte un diplomado en ciencias textiles, ramo en el que trabajó durante muchos años al lado de su padre. En 1977 se graduó en derecho por la misma universidad y comenzó a trabajar como secretario de un tribunal. En 1998 fue electo senador por Carolina del Norte. En el Senado copatrocinó la Ley de Protección a los Pacientes. Está casado con Elizabeth Edwards y tiene tres hijos: Catherine, Emma Claire y John.
George Bush
George W. Bush nació el 6 de julio de 1946. En 1968 obtuvo su licenciatura en la Universidad de Yale. Ingresó como piloto a la Fuerza Aérea Nacional de Texas. En 1975 obtuvo una maestría en administración de empresas por la Universidad de Harvard. George Bush fue el cuadragésimo sexto gobernador de Texas, resultó electo en 1994 y reelecto en 1998. El 20 de enero de 2001 asumió la presidencia de Estados Unidos. Está casado con Laura Welch Bush y tiene dos hijas: Bárbara y Jenna.
Richard B. Cheney
Richard Cheney nació en Lincoln, Nebraska, el 30 de enero de 1941. Estudió una maestría en la Universidad de Wyoming. Prestó sus servicios durante el gobierno de Nixon. En 1975, durante el periodo de gobierno de Ford, fue nombrado auxiliar del presidente y posteriormente jefe del gabinete de la Casa Blanca. Como secretario de Defensa de 1989 a 1993 dirigió dos de las campañas militares más importantes de Estados Unidos: la Operación Justa Causa en Panamá y la Operación Tormenta del Desierto en el Medio Oriente. En 1991 el presidente Bush (padre) le concedió la Medalla Presidencial de Libertad por su liderazgo durante la Guerra del Golfo.