Internacional

Exitoso aterrizaje de sonda espacial japonesa

Japón se felicita tras el exitoso aterrizaje de su sonda espacial sobre un asteroide situado a una distancia de 300 millones de kilómetros de la Tierra.

Hayabusa, la sonda espacial de Japón aparentemente logró recoger muestras de la superficie de un asteroide situado a 300 millones de kilómetros de la Tierra el pasado 26 de noviembre, y pronto comenzará su viaje de mil millones de kilómetros de vuelta a casa hasta que llegue, según está previsto, en junio de 2007, completando así lo que será el primer vuelo interplanetario sin tripulación de ida y vuelta de la historia.

Los científicos y los círculos de investigación espacial han considerado al aterrizaje de la sonda espacial sobre el diminuto asteroide Itokawa como un gran éxito del programa de exploración espacial de Japón, suceso éste que abre una nueva página en la era de exploración del sistema solar. Hay quien dice que este logro ha colocado a Japón en una posición muy ventajosa para competir con Estados Unidos y otros países que se han embarcado en la exploración planetaria.

La sonda espacial fue lanzada al espacio por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) en mayo de 2003 desde Uchinoura, prefectura de Kagoshima, situada en el sur de Japón, con el principal propósito de demostrar que dispone de la tecnología de vuelo necesaria para enviar una sonda hasta un cuerpo celeste remoto. La sonda, cuya construcción ha costado 12,700 millones de yenes (106 millones de dólares), mide dos metros de ancho, 1.6 metros de alto y un metro de profundidad, y pesa 510 kilogramos. Según afirmaron representantes de la JAXA, el aterrizaje de la Hayabusa sobre el asteroide Itokawa ha demostrado que la finalidad –llegar hasta el cuerpo fijado como objetivo– se ha cumplido.

Lo que ha hecho posible que la Hayabusa haya recorrido dos mil millones de kilómetros, siguiendo un rumbo mucho más largo que la distancia en línea recta desde la Tierra hasta el asteroide, ha sido su motor de iones, que ahorra mucho combustible, puesto que necesita tan sólo una décima parte de la carga útil que requiere cualquier combustible químico convencional. La Hayabusa es la primera sonda interplanetaria de largo recorrido en utilizar el motor de iones, que recibe su empuje del gas ionizado acelerado por la electricidad. El asteroide Itokawa, descubierto en 1998, mide 540 metros de largo, 270 metros de ancho y 210 metros de alto, y orbita en un punto intermedio entre la Tierra y Marte. Su distancia desde la Tierra es dos veces mayor a la existente entre nuestro planeta y el Sol.

Además de su viaje interplanetario utilizando el motor de iones como propulsor principal, la Hayabusa ha de cumplir con otras cuatro importantes misiones tecnológicas, siendo la segunda conseguir la aceleración valiéndose de la gravedad de los planetas. La tercera es demostrar que la conducción y la navegación autónomas son posibles mediante la utilización de instrumentos ópticos. Los sistemas de navegación y de conducción ópticos de la sonda respondieron perfectamente cuando, a baja velocidad, se dirigió hacia el encuentro del asteroide, cuando logró establecer un primer contacto con éste el 20 de noviembre y aterrizar el 26 de noviembre. Dado que era imposible aterrizar y afianzarse sobre un asteroide con tan poca fuerza de gravedad, el contacto tan sólo duró un segundo.

En su cuarta misión, se cree que, durante su aterrizaje en el asteroide, la sonda habrá recogido algunas muestras de la superficie que se habían desprendido al disparar una bola metálica de cinco gramos desde su mecanismo de toma de muestras de forma cónica y de un metro de largo. Las muestras, en caso de que puedan llegar a la Tierra sin contratiempos (ésta sería la quinta misión), serán las primeras del mundo que se hayan recogido más allá de la órbita de la Luna, y tendrán un valor especial puesto que, según se cree, el asteroide ha permanecido tal cual desde que tuvo lugar la formación del sistema solar hace aproximadamente 4,500 millones de años, mientras que los planetas sí han cambiado debido a los efectos del calor. De este modo, las muestras podrían proporcionarnos pistas sobre el origen del sistema solar.

La hazaña de Hayabusa ha sido un logro importante que servirá para ayudar al programa espacial de Japón a recuperarse de una serie de recientes contratiempos, entre los que se encuentra el fallido lanzamiento del cohete H-2A, pilar de su programa espacial, en noviembre de 2003. Según se ha considerado, esta hazaña ha situado al país a la par con Estados Unidos, Rusia y Europa en el desarrollo de la tecnología para la exploración interplanetaria. A diferencia de EU, Rusia o China, Japón no tiene planes inmediatos para enviar al espacio sus propios vuelos tripulados, pero, según se ha considerado, la Hayabusa ha supuesto un gran avance en la exploración interplanetaria sin tripulación.

Fuente: Embajada del Japón

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