Internacional

Fallece la mujer que se negó a ceder su asiento

Rosa Parks, la mujer que en la década de 1950 dio origen al movimiento por los derechos civiles de la población negra en Estados Unidos al negarse a dejarle su asiento en un autobús a un hombre blanco, murió el 24 de octubre a los 92 años en Detroit por causas naturales.

Hacía años que Parks sufría de demencia, pero su desafiante acto el 1 de diciembre de 1955 permanecerá en la historia como un insoslayable momento de dignidad en la lucha por los derechos humanos.

Ese día, Parks, que entonces tenía 42 años, una costurera nacida en Montgomery, Alabama, iba en un camión de la ciudad cuando un hombre blanco se subió y le exigió que le cediera el asiento. Pese a que las leyes de segregación racial en el sur estadounidense la obligaban, Parks se quedó sentada hasta que llegó la policía. Terminó en prisión, con una multa de 14 dólares.

«Sentía que tenía el mismo derecho a ser tratada como cualquier otro pasajero. Habíamos sufrido ese mal trato por demasiado tiempo», recordó Parks en 1992. Su arresto desató un boicot de más de un año de la comunidad negra a los autobuses, que, coordinado con la ayuda del reverendo Martin Luther King, puso al borde de la bancarrota a la compañía y, finalmente, una Corte estatal decidió revocar las leyes de segregación racial que se remontaban al fin de la Guerra Civil.

El movimiento culminó en 1964 con la sanción por parte del Congreso del Acta de Derechos Civiles que prohibió todo tipo de discriminación racial. «En el momento en que fui detenida no tenía idea que esto iba a terminar así», contó hace ya varios años.

«Era un día como cualquier otro. Lo único que lo hizo significativo fueron las masas de gente que se sumaron», apuntó.

Debido a la pérdida de su empleo y a las constantes amenazas contra su vida, Parks, un miembro activo de la Asociación Nacional para el Desarrollo de la Gente de Color (NAACP, por sus siglas en inglés), se mudó en 1957 a Michigan, donde vivió hasta su muerte.

Por su destacada contribución a la vida estadounidense, en 1996 el presidente Bill Clinton condecoró a Parks con la Medalla Presidencial de la Libertad; en 1999, además, se le otorgó la Medalla de Oro del Congreso, el mayor honor que puede recibir un civil en Estados Unidos.

Al jubilarse, esta pionera de la lucha por los derechos civiles se negó a quedarse en su casa y fundó el Instituto Rosa y Raymond Parks para el Desarrollo Personal, que está dedicado a instruir a jóvenes negros en los derechos civiles e inspirarles capacidad de liderazgo.

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