Internacional

Hambre en el Siglo XXI

Por increíble que parezca el hambre, la desnutrición, el analfabetismo, el deterioro de la salud y la pobreza son problemas aún sin resolver en pleno siglo XXI

Un informe del Programa Mundial de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas (PMA) señala que, a pesar de que existen actualmente alimentos genéticamente modificados y una agricultura de alta tecnología, el hambre sigue siendo la principal causa de muerte en el mundo.

Donaciones escasas

En 2004 el PMA estimaba que en el mundo había 840 millones de personas que sufrían de hambre crónica. Un año después, la cifra aumentó a 10 millones más. Aunque parezca que el hambre está relacionada con la escasez de alimento, no es así; los expertos coinciden en señalar que el problema no está en la producción de los alimentos sino en la distribución de los mismos. Aquellos países que tienen una buena producción agraria y excedentes de alimentos hacen muy pocas donaciones para los que carecen de recursos económicos, y que en consecuencia no pueden establecer una adecuada política agraria y alimenticia; aunado a ello, las subvenciones agrarias que organizan muchos de los países del Primer Mundo empeoran aún más las condiciones de los países afectados por el hambre y la desnutrición.

En octubre de 2004 el PMA hizo un llamado a los países donantes para que proporcionaran 404 millones de dólares para cubrir las necesidades alimentarias de las poblaciones de Lesotho, Malawi, Mozambique, Suazilandia y Zambia, sin embargo, esta cifra no fue alcanzada.

El caso África

En un intento de ayuda, los miembros del G-8, durante su reunión de 2005, condonaron la deuda económica de 14 países del África subshariana y establecieron una donación especial de 50 mil millones de dólares, que les sería entregada a los países africanos en el año 2010; obviamente esta medida no fue suficiente para hacerle frente al problema del hambre, por el contrario, en esas mismas fechas África padeció una de sus peores crisis alimentarias, debido a la prolongada sequía y a la invasión de plagas de langosta que acabaron con las cosechas.

Níger, como Biafra y Somalia

Uno de los países que ha padecido fuertes crisis de alimentos es Níger, el segundo país más pobre del mundo, en donde un 40 por ciento de los niños está en condiciones de desnutrición y en donde las crisis alimentarias se presentan por ciclos. Durante uno de esos ciclos, en la década de los setenta, la sequía aniquiló los rebaños de la etnia tuareg y de otras más, lo que ocasionó que el alimento básico de las familias se vendiera por tazas, en vez de por sacos o kilos.

En 2005 murieron en Níger más de 800 niños a causa de la falta de alimento, los noticiarios del mundo volvieron a mostrar las mismas imágenes de desolación que en la década de los ochenta se veían en Biafra y Somalia. Según estimaciones del PMA, Níger recibe ocho veces menos ayuda que Irak. Sin embargo, no sólo Níger padeció el problema, también lo padecieron Mauritania, Malí, Malawi y Burkina Faso.

No está sola

Desgraciadamente el hambre se mezcla con otros graves problemas como el sida, la malaria, el analfabetismo y la desnutrición. Todos estos factores al combinarse merman notablemente a las poblaciones africanas, que bajo estas condiciones de vida difícilmente pueden subsistir.

En el África subsahariana mueren anualmente 1.2 millones de personas por malaria, 3.1 millones por sida y tres millones por hambre, a estos problemas se les podría hacer frente si los países donantes suministraran aproximadamente 10 mil millones de dólares anuales (un 0.04 por ciento del PIB de los países miembros de la OCDE).

Durante el 60 aniversario de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el director general del organismo, Jacques Diouf, señaló que el hambre y la pobreza estaban permanentemente unidas, mil millones de personas viven con menos de un dólar por día.

El hambre no es ocasionada únicamente por la falta de recursos alimentarios, también se debe a la inestabilidad política que viven muchos países, a los conflictos armados, a una mala gestión de recursos, a las inclemencias del medio ambiente, a la sobrepoblación y a ecosistemas frágiles que difícilmente pueden mantener en pie cosechas y ganados saludables.

¿Metas inalcanzables?

Durante la Cumbre del Milenio en el año 2000, 189 países se comprometieron a reducir el hambre y la pobreza extrema para 2015; no obstante, esta meta está muy lejos de alcanzarse si no hay de por medio un compromiso más serio por parte de la comunidad internacional.

En el mundo globalizado de hoy es necesario que tomemos conciencia sobre estos problemas, porque a final de cuentas serán la cuna de otras muchas dificultades en el futuro: más guerras, enfermedades, migraciones. Resulta paradójico que mientras en algunas regiones se vive el hambre y la desnutrición, en otras se ha incrementado alarmantemente el número de personas con problemas de sobrepeso u obesidad, desgraciadamente el hambre no es privativa de un solo continente, cualquier país del mundo puede tener dentro de sus fronteras estos dos lados de la moneda y el mejor ejemplo lo tenemos en nuestro propio país, que sin llegar a extremos como en el caso de África, sí conocemos el alto porcentaje de personas que están al borde de la desnutrición.

Las guerras militares matan a muchas personas inocentes diariamente, pero también la guerra del hambre ocasiona la pérdida silenciosa de miles de vidas. De nada nos van a valer los avances tecnológicos y el desarrollo científico, que podamos alcanzar durante este siglo, si no los ponemos en pro de la humanidad.

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