En respuesta a una ofensiva que ordenó el primer ministro de Israel, Ariel Sharon, el ejército de ese país disparó misiles dentro de Gaza y detuvo a decenas de militantes palestinos en Cisjordania el martes 27 de septiembre.
La ofensiva se presentó después de varios ataques con cohetes lanzados por grupos armados. En esta ofensiva aérea los israelíes destruyeron dos puentes y dos edificios que según Israel eran utilizados por los extremistas. La incursión aérea no dejó heridos.
Estos incidentes tuvieron lugar horas después de que Sharon superara un desafío a su conducción dentro de su partido, una moción impulsada por el enojo que causó el traslado de los colonos y los soldados de Gaza.
El ministro de Defensa, Shaul Mofaz, dijo que Israel continuará con su ofensiva en la medida que sigan los ataques con cohetes. También sostuvo que no descartaba una incursión por tierra dentro de Gaza.
Es la peor escalada de violencia desde que Israel completó la retirada de Gaza el 12 de septiembre, y ha puesto a prueba un frágil cese al fuego, al igual que la promesa de Sharon de que su decisión de dejar Gaza mejoraría la seguridad del Estado judío.
Benjamin Netanyahu, el principal rival del primer ministro en su partido, el Likud, pidió el lunes 26 de septiembre al Comité Central de la organización que adelantara unas elecciones primarias que podrían haber provocado el alejamiento de Sharon.
La moción fue derrotada por 51.3 por ciento contra 47.6 por ciento de los votos, lo que evitó las elecciones anticipadas y redujo la posibilidad de que Sharon saliera del partido que fundó en la década de 1970.
Las encuestas sugerían que Netanyahu ganaría. Sin embargo, la respuesta firme de Sharon al resurgimiento de los ataques palestinos con cohetes, mediante una serie de ataques aéreos que mataron a cuatro extremistas podría haber favorecido al primer ministro en la votación.
Revista Protocolo
