Luego de que el primer ministro israelí, Ariel Sharon, logró la aprobación en el Parlamento de su polémico plan para evacuar la Franja de Gaza, las órdenes de desalojo para los 21 asentamientos de Gaza y cuatro de los 120 de Cisjordania entraron en vigor el domingo 14 a medianoche, de acuerdo con el plan de «desconexión» preparado por el primer ministro.
En un discurso televisado el lunes 15 de agosto, Sharon —que en el pasado fue un héroe para los colonos y que ahora es tildado de traidor— dijo a los 8,500 colonos de Gaza que compartía su dolor pero que también entendía la difícil situación de los 1.4 millones de palestinos que viven en la franja costera.
«No podemos quedarnos en Gaza para siempre. Este plan será bueno para Israel en el futuro,» dijo Sharon. Luego añadió que Israel está preparado para hacer la paz, pero amenazó a los palestinos con una dura represalia si atacan una vez que se haya desalojado a los colonos.”
Los palestinos celebraron la retirada, pero temen que sirva para que Israel refuerce su control sobre la mayor parte de Cisjordania, donde viven 230 mil colonos y 2.4 millones de palestinos.
Autoridades aseguraron que el 66 por ciento de las familias israelíes aceptaron las compensaciones estatales para retirarse. Los que se nieguen a irse podrían perder esas ayudas que oscilan entre 150 mil y 400 mil dólares por familia.
Muchos colonos empacaron sus enseres y se unieron al éxodo que Israel asegura marcará el fin de 38 años de ocupación en Gaza.
El lunes, oficiales del ejército con notas de expulsión en 48 horas se enfrentaron, en algunos casos, y consolaron, en otros, a colonos que gritaban y lloraban. Muchos colonos consideran que tienen derechos bíblicos sobre los territorios que se entregarán.
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