Internacional

La enigmática competencia presidencial de 2006

En estos días México vive una intensa y compleja vida política en su proceso de normalidad democrática que se ha venido construyendo desde finales del siglo pasado, que a raíz de la alternancia en entidades federativas tradicionalmente gobernadas por el partido hegemónico (léase PRI), como Baja California y Chihuahua, inauguraron esta nueva forma de convivencia política en el llamado México Moderno de la década de 1980.

A partir de entonces el mapa electoral se fue tiñendo de pluralidad política, basado en un nuevo marco legal que diera cauce a organismos como el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, definiendo nuevas reglas en la competencia electoral, para que los partidos y sus candidatos a cargos de elección popular se desarrollaran bajo principios democráticos. En este sentido, las elecciones presidenciales de 2000 imprimieron un sello inédito al obtener el candidato del PAN el triunfo del Poder Ejecutivo, derrotando al PRI que tenía en el poder más de 70 años.

La antesala política

A partir de la alternancia de la presidencia de la República, las elecciones en México se convirtieron en un suceso de interés no solamente en el plano nacional, sino en el contexto internacional, en primer lugar, porque el escenario político cambió, ya no se tiene un régimen presidencial autoritario; ni los actores políticos se mueven bajo las reglas del pasado; en segundo término, se tiene un nivel de competencia electoral cerrado, donde los partidos políticos se han enfrascado en terrenos legales por definir el triunfo y los candidatos han asumido actitudes intestinas. En tercer lugar, hoy se tiene una ciudadanía más crítica y cautelosa con relación a quiénes elige como sus representantes y gobernantes; por tanto, este electorado se ha convertido en una pieza fundamental en el proceso de normalidad democrática que se viene construyendo en México en vísperas de la contienda presidencial de 2006.

Los candidatos

Ahora, se observa una gama de aspirantes a la presidencia de la República, en los partidos políticos, hemos visto —como si fuera una “pasarela de modas”— a políticos exhibirse con sus partidarios y con la sociedad, para mostrar sus mejores dotes y su mejor perfil, con la intención de ganar simpatías, adhesiones, y rating en las encuestas que los coloquen en las preferencias de sus correligionarios y de la ciudadanía.

En este desfile de políticos se tiene a los aspirantes presidenciales de las tres fuerzas políticas principales: PAN, PRI, PRD; quienes han ganado la posición de candidatos bajo métodos internos partidistas.

En el caso del PAN, por primera vez en su historia como partido, el candidato surgió de elecciones primarias. Por lo que se refiere al PRI, se llevó a cabo conforme un proceso abierto, donde votaron los priistas y la ciudadanía interesada en la contienda. En el caso del PRD, se dio bajo el esquema de candidato único.

Felipe Calderón, PAN

En el Partido Acción Nacional, el candidato oficial es Felipe Calderón Hinojosa, joven panista de cepa, quien se ha destacado por ser legislador y por tener cargos partidistas en su trayectoria política, donde sobresalen el haber sido presidente de su partido durante el periodo 1996-1999 y coordinador de la fracción parlamentaria en la LXVIII Legislatura de la Cámara de Diputados. Durante el gobierno foxista ocupó los cargos de director de Banobras y secretario de Energía, en cortos periodos, este último debido a la ruptura con las directrices del presidente Vicente Fox.

Abogado de profesión con estudios en el extranjero, Felipe Calderón representa una opción firme para el panismo doctrinario donde él se formó, y que por primera vez el PAN como partido de oposición puro, puede acceder al máximo cargo del país y darle un giro a la tendencia neopanista que se apoderó de ese partido desde 1988, con la llegada de los “bárbaros del norte”.

Roberto Madrazo, PRI

Por su parte, en el Partido Revolucionario Institucional, el candidato oficial es Roberto Madrazo Pintado, hijo de un destacado priista de los años sesenta. A la muerte de su padre Carlos Madrazo, su protector político fue el profesor Carlos Hank González, quien lo impulsó en su carrera política. A diferencia de Calderón, Madrazo además de haber transitado tanto en las filas de su partido, y en el plano legislativo, fue gobernador de su estado durante el periodo 1994-2000.

Su trayectoria política no ha sido “miel sobre hojuelas”, ya que ha tenido que enfrentar situaciones adversas para poder ganar cualquier posición; estas circunstancias de no tenerlo fácil, lo han moldeado como un político controversial, donde en cada terreno que se ubica, lo ve como un espacio de lucha ardua.

Andrés Manuel López Obrador, PRD

Respecto al candidato del Partido de la Revolución Democrática, Andrés Manuel López Obrador, es un personaje polémico por su forma de hacer política, desde su época de priista, hasta su incorporación al PRD.

Su personalidad de luchador social en Tabasco lo hizo famoso por los bloqueos en los pozos petroleros en su entidad y por las marchas de protesta hacia la ciudad de México, hechos que lo llevaron a involucrarse en la cúpula de su partido, donde conoció a su protector el ingeniero Cárdenas, quien lo impulsó en su carrera política, primero como dirigente del PRD y luego como candidato a jefe de Gobierno del Distrito Federal.

A partir de esa posición, López Obrador construyó su candidatura presidencial y fue trazando su propio grupo político que le diera sustento a su gobierno, desplazando de su círculo a los cardenistas, no obstante que significaba un distanciamiento de su protector.

En su carrera a la presidencia de la República, López Obrador se ha apoyado en tres líneas: en su personalidad debatible, de mostrarse como víctima; en su “novedosa” política social fundamentalmente dirigida hacia los adultos mayores, y en su política de desacato a la ley, que lo condujo a utilizar a su favor el proceso de desafuero, poniéndolo como un personaje nacional y, por tanto, en las preferencias electorales.

Ambiente electoral

En estos tiempos preelectorales, se destaca el ambiente que se vive en los procesos internos de elección de los candidatos presidenciales del PAN, PRI y PRD.

Se observa que en el caso del PAN, Felipe Calderón tuvo que remar a contracorriente por no ser el candidato de Los Pinos, y estar en desventaja con el favorito de la pareja presidencial, léase Santiago Creel, quien pese a que se aferró a ganar la candidatura, fue derrotado por Calderón en las tres fases regionales que comprendió el método de elección de las primarias.

A diferencia de Acción Nacional, en el PRI se han presentado distintas circunstancias en torno a la definición de su candidato presidencial. Inicialmente se formó un grupo de priistas denominado Unidad Democrática, mejor conocido como Tucom (Todos Unidos contra Madrazo), quienes eligieron a su precandidato Arturo Montiel, quien tendría que competir contra Madrazo; personaje que tuvo que declinar por razones de presunta corrupción. Aunado a esto, el papel que ha jugado la maestra Elba Esther Gordillo en la campaña de desprestigio a su partido y a Madrazo, además de la presión que ejerció Francisco Labastida para destituirlo y sacarlo de la contienda partidista. Todo esto, puso en riesgo el proceso interno del PRI y a su candidato.

Referente al PRD, López Obrador tuvo que librarse de la sombra del líder moral de su partido —léase el ingeniero Cárdenas— al pactar con él su posición de candidato presidencial. Se destaca que a diferencia del PAN y del PRI, el perredismo orientó su decisión de apoyar a su político más popular; ya que el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal les garantiza la posibilidad de acceder por primera vez a ganar la presidencia de la República. Una vez definidas las candidaturas de Felipe Calderón Hinojosa del PAN, Roberto Madrazo Pintado del PRI y Andrés Manuel López Obrador del PRD, conforme a sus propios estatutos, se procede a cumplir con los plazos legales que establece el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), para registrarse ante el Instituto Federal Electoral en enero de 2006.

A partir de ese momento dará inicio formalmente la contienda constitucional para elegir al presidente de la República, el primer domingo de julio del mismo año.

Revista Protocolo

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