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Lídice, símbolo de la brutalidad inhumana

Esta pequeña y pacífica comunidad de trabajadores mineros, se convirtió en un monumento sagrado

Lídice, símbolo de la brutalidad inhumanaEn la mañana del 27 de mayo de 1942 el dirigente de las SS Reinhard Heydrich, en el cargo de “protector” de Bohemia y Moravia (hoy día República Checa), ocupadas desde 1939 por los nazis, se dirigía al Castillo de Praga, cuando fue atacado por dos guerrilleros de la resistencia checa. Estos soldados, enviados por el gobierno checoslovaco exiliado en Londres y entrenados en el Reino Unido, habían descendido en paracaídas en diciembre de 1941, como parte de la Operación Antropoide.

El 4 de junio de 1942 Heydrich murió en el hospital a consecuencia de una septicemia. Este acto de resistencia se inscribió de manera imborrable en la historia mundial. El atentado contra el protector encargado fue uno de los acontecimientos más destacados de la resistencia antinazi en toda la Europa ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Heydrich, quien asumió su posición en Praga en septiembre de 1941, se encargó de romper la resistencia antinazi checa. Introdujo una serie de represalias brutales que resultaron en la ejecución o encarcelamiento de cientos y cientos de representantes de la inteligencia checa, miembros del movimiento subterráneo y estudiantes, incluyendo sus familias con los niños. Así, Heydrich pronto se convirtió en un símbolo de la barbaridad nazi.

El atentado hizo enfurecer a Hitler, quien ordenó al nuevo gobernador de Bohemia y Moravia, Kurt Daluege, que hiciera lo necesario para encontrar a los asesinos. Los nazis iniciaron una brutal campaña de represión en contra de la población civil checa. Los detenidos fueron ejecutados, enviados a las cárceles o a los campos de concentración. Los autores del atentado, junto a otros cinco paracaidistas, se escondieron en la iglesia de San Cirilo y Metodio de Praga y tras ser traicionados cayeron en una lucha desigual.

De todas las operaciones de venganza durante este periodo, conocido como “Heydrichiada”, la más conocida es la de Lídice ocurrida el 10 de junio de 1942. Un día antes, fuerzas de seguridad alemanas, a instancias de Hitler, rodearon ese poblado, cerrando todas las salidas. Este pueblo fue escogido por ser uno de los más activos en contra de la ocupación nazi, y de allí supuestamente procedía una gran cantidad de partisanos que se unieron a la resistencia. Al entrar al pueblo toda la población fue sacada de sus casas, separando a los 173 hombres mayores de 15 años y llevándolos a un granero. Al día siguiente todos fueron fusilados. Otros 19 hombres y siete mujeres que trabajaban en una mina cercana fueron llevados a Praga y también fueron ejecutados.

Las mujeres y niños restantes fueron enviados al campo de concentración de Ravensbrück, donde la cuarta parte de ellos murió en las cámaras de gas o a causa de los trabajos forzados. Los niños, por su parte, fueron llevados al gueto en Łódź (Polonia), donde fueron separados con criterios raciales. Los que podrían ser objeto de “arianización” fueron enviados a Alemania, mientras que los 82 restantes fueron asesinados en el campo de exterminio de Chelmno (Polonia). Los explosivos derrumbaron las 120 viviendas y edificios de Lídice, incluyendo la iglesia parroquial. El poblado fue destruido y totalmente arrasado. En total, 340 habitantes del pueblo fueron asesinados (192 hombres, 60 mujeres y 88 niños). Nunca en la historia se cometió tal crueldad.

Después de este acto de brutalidad Hitler se pronunció: “¡Lídice está eternamente borrado del mapa!” Así, los nazis intentaron poner fin a la indomable e incesante lucha del pueblo checoslovaco por la libertad. En realidad, tan sólo lograron lo contrario: Lídice, pequeña y pacífica comunidad de trabajadores mineros, se convirtió inmediatamente en un monumento sagrado, en un símbolo de la brutalidad inhumana.

Como reacción a este acto de barbaridad, el movimiento Lídice shall live! pronto surgió de la iniciativa de los mineros británicos. En la conferencia de la Federación de los mineros en Blackpool, el 20 de julio de 1942, se decidió llamar a todos los mineros del mundo para contribuir a la construcción de la nueva aldea Lídice como símbolo de la resistencia antinazi y de la lucha por la democracia. El 6 de septiembre de 1942 convocaron una gran demostración en la sala municipal de la ciudad de Stoke-on-Trent, Gran Bretaña, asistida por miles de simpatizantes con el destino de Lídice. La idea pronto recibió apoyo de los gobiernos británico y checoslovaco a los que se sumaron miles de trabajadores mineros, sindicados y otras organizaciones de Gran Bretaña.Después de la masacre varios países del mundo decidieron expresar su apoyo incondicional con la tragedia de Lídice y tomaron su nombre, conmemorativamente, para distintos desarrollos urbanos, plazas, avenidas, calles y escuelas. El primer lugar donde se efectuó ese homenaje fue en la comunidad Stern Park Garden en el estado de Illinois, Estados Unidos. El acto se llevó a cabo el 12 de julio de 1942 y atrajo gran atención del público estadounidense, incluso del presidente Franklin D. Roosevelt quien envió su mensaje a los participantes expresando su firme confianza de que el barbarismo inhumano de Lídice nunca se va a olvidar.Poco después, el día de 30 de agosto de 1942, la colonia San Jerónimo Aculco, en la delegación Magdalena Contreras de la ciudad de México, se seccionó y se creó la colonia San Jerónimo Lídice en la que además se fundaron un colegio y un teatro. En 2002, a 60 años de la tragedia, se levantó en esa colonia el mural Luz y muerte del muralista mexicano Ariosto Otero.

En su reporte de 30 de agosto de 1942 enviado inmediatamente después del acto de nombramiento el entonces encargado de negocios de Checoslovaquia en México, doctor Karel Wendl, describió con gran entusiasmo este acto de solidaridad de los mexicanos con la tragedia de Lídice:

“A pesar de poco tiempo disponible para las preparaciones, hemos logrado conseguir una participación decente de la colonia checoslovaca a la cual se reunieron otras colonias de los aliados, sobre todo polaca, francesa, de eslavos del sur, inglesa y americana. … Los organizadores me habían reservado el lugar de honor en la mesa presidencial, la que fue ocupada por estos señores: Lic. Miguel Alemán, secretario de Gobierno de México, en nombre del presidente de la República; Lic. Javier Rojo Gómez, jefe del Departamento D.F.; los representantes de los organizadores Alejandro Buelna, jefe del departamento de turismo de la Secretaría de Gobierno, y Lic. Carlos Madrazo, jefe del Instituto federal para asuntos sociales. Entre los representantes oficiales y políticos se pueden mencionar los siguientes participantes principales: Sr. Lic. Mariano Armendáriz del Castillo, jefe de protocolo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y Ernesto Hidalgo, mayor oficial de Relaciones Exteriores; los senadores coronel Gabriel Leyva, Francisco Martínez Peralta, Vicente Aguirre, el diputado José Pérez Jr., Valente Chazón Baza, Eduardo Hernández Cházaro, Rafael Cárdenas, Ignacio Gómez Arroyo, Luis Marques Ricaño, Antonio Nava Castillo, Ramón Camarera Medina, Blaz Valdivia y Lic. Alejandro Carrillo, editor del diario El Popular, quien fue uno de los mejores hablantes durante la manifestación, además el Prof. Graciano Sánchez, secretario general de la Confederación Nacional Campesina; Lic. Antonio Villalobos, senador y presidente del Partido de la Revolución Mexicana; coronel Luis Rivas López, director de la escuela militar, que prestó su explanada para la celebracion; Lic. Roberto Guzmán Arrauyo, subdirector del Distrito Federal; general Jesús Celis, jefe del departamento de transporte del Distrito Federal; Lic. Julio Jiménez Rueda, subjefe del departamento para la educación cívica de D.F., y muchos otros. … Después de que había terminado el programa de radio fue develada la placa decorada con flores y banderas con la inscripción en español que en la traducción checa dice: ‘En memoria de la población de Lídice en Checoslovaquia destruida por el barbarismo nazi, pero seguirá viviendo para siempre en los corazones de todos aquellos que aman la libertad, este monumento fue construido por la Nación Libre Mexicana’.”

De forma similar se denominaron con el nombre Lídice las aldeas, los barrios, las plazas, avenidas, escuelas, hospitales en Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, Panamá, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. También otros países del mundo, como Egipto, Palestina, India, Australia, Suecia y Noruega, expresaron sus sentimientos en forma similar contra este acto de barbaridad. El nombre de Lídice también empezó a ser utilizado por mujeres de varios países. En 1943, el famoso compositor checo Bohuslay Martinu escribió el poema sinfónico Lídice (Memorial pour Lídice) en homenaje a las víctimas de esta matanza. Gracias a estas iniciativas y pese a las intenciones de Hitler el nombre de Lídice sigue siendo recordado en todo el mundo. El sitio original fue destinado para memorial y en su cercanía la nueva aldea de Lídice fue construida en los años 1949-1950.

El día 10 de junio en todo el mundo se recuerda la memoria de Lídice.

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