Con base en una política de no intercambiar apoyos ni anunciar el sentido de sus votos, el pasado 9 de mayo en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas, México fue electo como miembro fundacional del Consejo de Derechos Humanos, obteniendo 154 votos de un universo de 191 estados miembros presentes y votantes.
Este Consejo fue establecido el 15 de marzo pasado mediante la resolución 60/251 de la propia Asamblea General, como parte de las reformas emprendidas por la organización para mejorar y hacer más efectivos sus mecanismos. El Consejo, que estará integrado por 47 miembros, sustituye a la Comisión de Derechos Humanos, e iniciará sus trabajos el 19 de junio próximo en Ginebra, Suiza.
Consecuente con la política que en materia de derechos humanos ha venido desplegando el gobierno del presidente Fox, la delegación de México participó activamente en las negociaciones que llevaron a la creación del Consejo de Derechos Humanos, buscando dotarlo de plena legitimidad y privilegiando los esquemas de cooperación.
Asimismo, México favorece que en el Consejo se eliminen tanto los dobles raseros en la consideración de la situación de los derechos humanos en las diversas regiones del mundo, como la selectividad en la configuración de la agenda del nuevo órgano.
Por vez primera, México desplegó una política en materia de candidaturas para elegir a los miembros del nuevo Consejo que consistió en no intercambiar apoyos ni anunciar el sentido de sus votos para, en lugar de ello, concentrar su preferencia en las actitudes y los compromisos de los gobiernos para promover y proteger los derechos humanos y su disposición para cooperar con la comunidad internacional en la materia.
La campaña de la candidatura mexicana se basó en las disposiciones de la resolución 60/251, en la que se indica que los estados que deseen presentar su candidatura al Consejo deben hacer públicos sus compromisos y promesas para la promoción y tutela de los derechos humanos. Así, al postularse, los estados aceptan estar dispuestos a someterse a un mecanismo de revisión periódica y a cooperar plenamente con el Consejo.
La elección de México al Consejo de Derechos Humanos —señaló la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE)—, representa el reconocimiento de la comunidad internacional a los esfuerzos emprendidos hasta ahora por el país, y un voto de confianza hacia los compromisos asumidos por México para guiar su participación en este nuevo órgano.
Revista Protocolo
