Después que se conoció la información sobre los ataques terroristas contra hoteles de factura estadounidense en Jordania, el pasado 9 de noviembre, el Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York y sus unidades de inteligencia antiterror, montaron un estrecho cerco de vigilancia alrededor de los más importantes hoteles internacionales de Manhattan.
Las instalaciones del Hyatt, Radisson, Days Inn y otros hoteles cinco estrellas situados en la parte más atractiva para los turistas que frecuentan Manhattan, se encuentran convertidos en fortalezas, desde el primer momento en que llegó la noticia de los estallidos en Amán, Jordania, contra los hoteles Radisson SAS, Hyatt y Days Inn, donde murieron 57 personas y resultaron heridas unas 115 más.
Al-Qaida se atribuyó la responsabilidad de los ataques suicidas, vinculando el mortífero ataque con la guerra de Irak y calificando a Amán como «el patio trasero» de las operaciones estadounidenses.
A partir de ese momento, el patrullaje en las cercanías de las zonas hoteleras en Manhattan aumentó considerablemente, así como la revisión de los edificios en los que funcionan los hoteles internacionales. El Departamento de Policía de la ciudad está usando entre 70 y 100 vehículos de Respuesta a Situaciones Críticas (CRV, por sus siglas en inglés), en prevención de cualquier eventualidad.
También la institución está utilizando equipos Hércules, generalmente preparados para situaciones de emergencia.
La policía ha entrado en contacto con los equipos privados de seguridad de los hoteles, integrados en su mayoría por ex agentes de la uniformada, lo que facilita la comunicación y los planes de protección.
Voceros del hotel Hyatt, situado en el área turística de Grand Central, una de las de mayor congestión de visitantes en la ciudad, dijeron que la empresa ha aumentado la cantidad de su personal de seguridad y lo ha ubicado en la parte frontal, hasta en las áreas de menor acceso.
Revista Protocolo
