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Protocolo de Montreal: a 30 años de su creación

Muestra resultados tan positivos que permiten afirmar que la capa de ozono se recuperará a mediados de este siglo

Protocolo/Redacción

Protocolo de Montreal: a 30 años de su creaciónEste año el planeta celebra el 30 aniversario del Protocolo de Montreal, el acuerdo ambiental que ha permitido la eliminación en el mundo del 99 por ciento del consumo de las sustancias que dañan la capa de ozono contribuyendo también a mitigar el cambio climático.

“Al cuidado de toda la vida en el planeta”, es el lema con el que este año recordamos que el 16 de septiembre de 1987, un grupo de 24 países, entre ellos México, se reunió bajo los auspicios del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y firmó el Protocolo de Montreal. En 1988, México fue el primer país en ratificarlo.

El daño a la capa de ozono

El desarrollo industrial y los avances científicos alcanzados en el mundo durante la primera mitad del siglo XX promovieron el uso de muchas sustancias que mejoraron procesos químicos e industriales, así como la producción agrícola, la salud pública y, en general, el bienestar de las personas. Sin embargo, esto también ocasionó una grave afectación al planeta: el adelgazamiento de la capa de ozono que protege la vida en la Tierra.

¿Qué es el ozono y dónde está?

El ozono es un gas formado por tres átomos de oxígeno. Las altas concentraciones de ozono en la atmósfera inferior, la troposfera, contaminan el aire y afectan la salud humana y el equilibrio de los ecosistemas. Sin embargo, alrededor del 90 por ciento del ozono se encuentra en la atmósfera superior, la estratosfera, a unos 20 y 50 kilómetros sobre la superficie terrestre. Ahí, forma una delgada capa que funciona como escudo protector de los dañinos rayos ultravioleta provenientes del sol.

A comienzos de la década de los años setenta, la emisión a la atmósfera de grandes cantidades de sustancias llamadas clorofluorocarbonos (CFC) atrajo el interés de los científicos Sherwood Rowland y del químico mexicano Mario Molina. Al estudiar sus efectos en la atmósfera advirtieron que los CFC utilizados en la refrigeración y en aerosoles destruían la capa de ozono. Sus investigaciones recibieron el Premio Nobel de Química el 11 de octubre de 1995.

Los humanos reaccionan a tiempo

Los estudios de Molina y Rowland propiciaron el inicio de acciones para proteger la capa de ozono que en septiembre de 1987 se concretaron en un acuerdo internacional: el Protocolo de Montreal, que estableció metas para la eliminación del consumo y producción de las sustancias agotadoras de la capa de ozono estratosférico, llamadas SAO (hidrocarburos halogenados producidos industrialmente: los CFC ya mencionados, los halones, el tetracloruro de carbono, el bromuro de metilo y los hidroclorofluorocarbonos).

Destacada participación de México

En 2005 México eliminó el consumo de los CFC gracias a la promoción de sustancias alternativas en refrigeración, aire acondicionado, espumas de poliuretano y aerosoles. En ese año también se dejaron de producir para siempre los CFC al cerrar su planta, la más grande de América Latina en ese momento.

Como los CFC también eran utilizados en la elaboración de aerosoles usados por pacientes con problemas de asma y bronco-pulmonares, México impulsó un proyecto de sustitución en la industria farmacéutica. Hoy se dispone de inhaladores libres de CFC.

El tetracloruro de carbono o CTC era una sustancia ampliamente utilizada como solvente y agente en procesos industriales. Para su eliminación se instalaron sistemas de recuperación de cloro libres de CTC en una importante planta de producción de cloro. Con este proyecto no solo se eliminó el uso de CTC, sino también se redujo el consumo de energía en un 50 por ciento.

En diciembre de 2004 se estableció un Banco Nacional de Halones que recicla sustancias utilizadas para controlar incendios y que dañan la capa de ozono. A partir de 2007, estas sustancias ya no se importan a México.

En 2014, nuestro país eliminó el consumo del bromuro de metilo, un plaguicida muy eficiente utilizado en el cultivo de tomate, pimiento, melón, sandía, fresa, frambuesa y flores.

Para cumplir el compromiso de eliminar los hidroclorofluorocarbonos, México trabaja en la reducción del consumo de estas SAO en los sectores de espumas de poliuretano, refrigeración doméstica y comercial, así como en aerosoles técnicos. Hasta 2016 se tenía logrado un 55 por ciento de reducción, lo que supera el porcentaje comprometido al 2018, que es de 35 por ciento.

Un caso de éxito

La Evaluación Científica del Agotamiento de la Capa de Ozono del Sistema de Naciones Unidas señaló que “los modelos mundiales indican que en el 2030, el Protocolo de Montreal habrá evitado dos millones de casos anuales de cáncer de piel, además de impedir lesiones oculares y daños al sistema inmunológico humano y proteger la fauna y flora silvestres y la agricultura”.

Los buenos resultados obtenidos en México se han debido, en gran parte, a la difusión y capacitación dirigida a más de 15 mil técnicos de diferentes sectores. Esta tarea nos ha traído ventajas, como la adquisición de nuevas técnicas que, además de propiciar una producción más limpia, han generado empleos especializados y mejor remunerados en la industria.

Fuente: Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales

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