Internacional

Reconstrucción de Haití y Chile requiere poner a la mujer en el centro del desarrollo

Autoridades y representantes de la ONU expusieron los desafíos pendientes en este tema durante la XI Conferencia Regional sobre la Mujer

Los efectos de las devastadoras catástrofes naturales (terremotos y tsunami) ocurridas en Haití y Chile en enero y febrero de 2010 han golpeado principalmente a las mujeres y niños de ambos países. Por eso son necesarias acciones que coloquen, sobre todo a las mujeres, en el centro de los esfuerzos de reconstrucción.

Ésta fue la principal conclusión de la sesión especial sobre “Haití y Chile: (re)construir la igualdad”, que se llevó a cabo en Brasilia, en el marco de la Undécima Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.

La reunión, en la que participó Susana Malcorra, secretaria general adjunta de Apoyo a las Actividades en Terreno de las Naciones Unidas, fue encabezada por Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y moderada por Marjorie Michel, ministra de la Condición Femenina y de los Derechos de las Mujeres de Haití.

Bárcena recordó que Brasil y Chile se encuentran entre los países que han mostrado mayor solidaridad con el pueblo haitiano, ya que han participado activamente en la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah, por su sigla en francés) que la ONU estableció en ese país.

De acuerdo con una evaluación del terremoto realizada por el gobierno de Haití con el apoyo técnico de la Cepal, el Banco Interamericano de Desarrollo, del Banco Mundial, el Sistema de Naciones Unidas y la Comisión Europea, los daños totales alcanzarían más de 7.8 mil millones de dólares, cifra equivalente a más de 120 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país en 2009.

En el desastre murieron 222 mil personas, cerca de 311 mil sufrieron heridas y 1.5 millones —casi 15 por ciento de la población nacional— fueron damnificadas.

Susana Malcorra, quien coordina todas las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU en el mundo, dijo que “probablemente, el terremoto de Haití sea la tragedia más terrible de la historia reciente”, pero que al mismo tiempo constituye una oportunidad para poner a la mujer en el centro de las tareas de reconstrucción y desarrollo.

“El camino que tenemos que recorrer para reconstruir el país será muy largo y doloroso. Sólo el tiempo nos permitirá determinar el impacto y gravedad de la tragedia”, indicó.

Mencionó que la ONU perdió 101 personas en esta catástrofe, y se refirió en particular a Luis Carlos Acosta, distinguido funcionario brasileño de la ONU en Haití. Hizo énfasis en que 30 por ciento de los integrantes de las fuerzas de paz son mujeres y que existe un gran compromiso por incrementar este número en el futuro.

La ministra Michel realizó un balance de la situación de la mujer en su país y reconoció que, a pesar de los progresos realizados en los últimos años, las desigualdades persisten y representan un freno a los esfuerzos por mejorar sus condiciones.

“Ahora que terminó la etapa de emergencia tras el terremoto, el país está evaluando los recursos que se necesitan para la reconstrucción, la cual debe conducir hacia una condición más igualitaria y más justa de las mujeres”, recalcó.

En la sesión expuso también Belén Sapag, primera secretaria de la Misión de Chile ante las Naciones Unidas, quien coincidió con las demás expositoras en que es necesario poner a la mujer en el centro de los esfuerzos de reconstrucción. “Las mujeres están más expuestas a la vulnerabilidad y estas emergencias sirven como oportunidad para visibilizar la situación de las mujeres”, declaró.

Agregó que resulta urgente mejorar la calidad de los indicadores sociales de los países, para que las estadísticas oficiales sean desagregadas por sexo y por edad y así poder conocer realmente el estado en que viven las mujeres. En el terremoto y tsunami que afectó a Chile, 521 personas perdieron la vida.

En la sesión participaron además Sergia Galván, directora ejecutiva de la Colectiva Mujer y Salud de la República Dominicana, y Lise Marie Dejean, coordinadora nacional de Solidarite Fanm Ayisyen (Sofa), de Haití.

Revista Protocolo

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