Internacional

Reflexión Global: La causa catalana

Por Esteban Belmont*

La causa catalanaLo que está en juego en España, no es únicamente la determinación del pueblo catalán, sino su propia democracia. Cataluña se ha permitido realizar un referéndum para determinar su independencia de España. Ilegal o no, se debe escuchar el reclamo de una parte de la sociedad catalana que demanda una mayor atención del gobierno español.

Cualquier sociedad que se considere democrática debe tener un diálogo activo, incluyente y, por encima de todo, tolerante. Si bien es cierto que forzar el referéndum no fue la mejor maniobra política para consolidar el proyecto nacionalista de Cataluña, lo cierto es que la reacción del gobierno español tampoco fue la adecuada.

Por otro lado, hablar de Cataluña como si esto fuera excluyente de España es un error. El referéndum se lleva a cabo sin tener en cuenta al resto del pueblo español, quien también tiene una opinión al respecto. Incluso el referéndum mismo puede considerarse incompleto en Cataluña misma, siendo que apenas alcanzó el 38 por ciento de participación de los posibles electores.

Lo que en este momento debe estar presente en las mentes de los gobernantes españoles es la sensatez y la cordura. En toda la región catalana la situación se encuentra enardecida y la reacción de la población civil a esta situación depende de cómo se conduzcan las acciones de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, quienes disfrutan ya de una pobre aceptación y aprobación pública y con buena razón. En este momento, las maniobras de una u otra parte decidirán el futuro de millones de ciudadanos españoles, catalanes o no. Si la sensatez no prevalece en los gobernantes de ambas partes, España caminará por la cuerda floja donde las fundaciones de su democracia y la vida de sus ciudadanos correrán el mayor de los peligros.

En esta decisión, se mezclan sentimientos nacionalistas de ambas partes, pero la realidad democrática no se construye a partir de sentimientos sino de voluntad mayoritaria. En efecto, partir por el territorio español sería una hecatombe económica para ambas partes, pero si la voluntad soberana de su pueblo es la de llevarla a cabo, que se haga entonces por las instituciones que los mismos españoles han creado, no por la toma de calles, protestas, represión policiaca o guerra civil.
Ahora bien, un examen general de los argumentos del gobierno de Carles Puigdemont para buscar la independencia pondrá en evidencia su agenda política y sus intereses personales, pero esta autoridad moral de la cual él mismo se ha investido carece de sustento político y, peor aún, atenta contra su propio pueblo al conducirlo a la violencia y a la segregación.

Por otro lado, los gobiernos de Mariano Rajoy y de José Luis Rodríguez Zapatero han tratado esta problemática con poco tacto político, ignorando las raíces del problema y realizando arreglos cosméticos que no terminan de convencer al pueblo catalán. Asimismo, les ha faltado capital político para fomentar una auténtica reconciliación nacional en la que los intereses de esta región se vean compaginados con aquellos de toda la nación.

En realidad, ambas partes tienen argumentos que son totalmente legítimos, pero los medios por los cuales ambos los han expresado son inadecuados e impropios de la democracia que se forjó desde 1975. Si España le debe algo a Cataluña es escuchar y atender sus demandas, y si Cataluña le debe algo a España es el respeto a las instituciones democráticas. Todas las partes potencialmente tienen mucho que perder y mucho que ganar, pero la nación ibérica no puede permitirse una fractura nacional que fomente la segregación ni la violencia. De ello depende el futuro de millones de personas quienes, voluntariamente o no, viven en la institucionalidad democrática que fomenta la convivencia pacífica de la sociedad.

* Esteban Belmont Bernal tiene un máster en International Relations por Queen Mary University of London y una licenciatura en relaciones internacionales por la UNAM. Ha sido merecedor de distintas becas de excelencia académica y actualmente es consultor en temas de política internacional y seguridad internacional.

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