El país africano presume de tener una joya natural que no existe en ninguna otra parte del mundo
Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán
Angola no solo cuenta con paisajes sabaneros impresionantes y con una arquitectura moderna que poco a poco se ha ido cimentando en sus principales ciudades.
El país africano presume de tener una joya natural que no existe en ninguna otra parte del mundo: el terreno de rocas ornamentales más grande del mundo.
Con una extensión de 45 mil kilómetros cuadrados, el complejo se ubica en el poblado de Cunene, en las provincias de Huila y Namibe.
Debido a que son montañas de piedra, se desconoce con certeza cuántos diferentes tipos de minerales abundan en el lugar; pero el sitio es aprovechado por expertos en geología de todo el mundo, quienes han viajado a esas tierras para conocer más sobre este fenómeno en el que su origen y razón de la formación de tantas piedras se encuentran en estudio esperando pronto tener conclusiones.
Gracias a esta maravilla, que es una parada obligatoria por los turistas, Angola ha podido obtener recursos económicos y, a su vez, explotar el potencial minero de esa zona, pues en otras partes de la nación angoleña hay minas de carbón y hierro, cuyos materiales han sido comercializados exitosamente en otras partes del planeta.
Revista Protocolo