Una columna de tanques y vehículos blindados israelíes entró el 9 de agosto por la tarde en el sur del Líbano protegida por la cobertura artillera.
La columna penetró desde la aldea israelí de Metula y estaba compuesta por 10 tanques y otros vehículos blindados, acompañados por dos topadoras para despegar minas terrestres y excavar trincheras para los carros de combate.
La zona se encuentra a unos cinco kilómetros de la frontera libanesa-israelí, al sur de la aldea de Marjayoun.
El avance de los blindados tuvo lugar horas después que el gabinete de seguridad israelí aprobara ampliar su ofensiva terrestre en Líbano a fin de asestar más golpes al Hezbolá y lograr victorias rápidas antes de que sea decretada una tregua.
El gobierno de Israel aprobó a principios de mes la movilización de unos 30 mil reservistas. De momento, más de 10 mil soldados israelíes se encuentran en Líbano, muchos de ellos regulares. Esos soldados combaten en una franja de seis kilómetros de profundidad, donde han encontrado una dura resistencia del Hezbolá.
La decisión de adentrar más fuerzas en Líbano, aprobada por nueve votos a favor y ninguno en contra, conlleva considerables peligros. Israel sería criticada por algunos medios de la comunidad internacional, que acusarían al Estado judío de sabotear las gestiones diplomáticas, especialmente luego que las autoridades libanesas ofrecieron emplazar algunos militares en la zona fronteriza.
Además, una ofensiva terrestre ampliada quizá no detenga los ataques con cohetes por parte del Hezbolá contra Israel, al mismo tiempo que aumentaría drásticamente el número de bajas entre los soldados israelíes.
Fuente: Milenio
