Internacional

UE, por la abolición universal de la pena de muerte

El 10 de octubre se conmemoró el día mundial y el día europeo de la lucha contra la pena de muerte

ueabolicion-portadaEl 10 de octubre se conmemoró el día mundial y el día europeo de la lucha contra la pena de muerte. A pesar de los esfuerzos internacionales, las cifras de la aplicación de la pena de muerte en todo el mundo siguen siendo altas. En 2008, se ejecutaron por lo menos dos mil 390 personas en 25 países. Esto hace que las iniciativas multilaterales sean cada vez más importantes.

Los esfuerzos de la Unión Europea (UE) para lograr un mundo sin pena de muerte culminaron en la adopción por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 2007 y 2008 de una resolución sobre la moratoria del uso de la pena de muerte. La abolición de la pena de muerte es una de las prioridades temáticas del Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos (IEDDH), que cuenta, hasta ahora, con más de 30 proyectos en todo el mundo.

La comisaria de Relaciones Exteriores y Política Europea de Vecindad, Benita Ferrero-Waldner, dijo que: “La adopción de la resolución de una moratoria sobre la pena de muerte en la Asamblea General de las Naciones Unidas fue un paso importante en nuestros esfuerzos globales para consolidar la tendencia hacia una abolición global de la pena de muerte. Pero no hay ninguna razón para la complacencia. Debemos utilizar todos los recursos disponibles y los canales diplomáticos para despertar la conciencia pública para alcanzar nuestro objetivo. A través del Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos, la Comisión es el principal donante en este ámbito, actualmente cuenta con 16 proyectos. Con más de ocho mil 800 personas condenadas a muerte en 52 países sólo en 2008 nuestro trabajo está lejos de estar cumplido.”

La UE considera que la pena de muerte es un castigo cruel e inhumano, que representa una negación inaceptable de la dignidad y de la integridad humana. En sus esfuerzos contra la pena de muerte, la UE cuenta con el apoyo activo de estados de todas las regiones del mundo. Asimismo fomenta el debate público, consolidando la oposición pública a la pena de muerte y presionando a los países que la contemplan para abolirla o, al menos, introducir una moratoria como un primer paso.

La UE también actúa contra la pena de muerte en foros multilaterales, tales como las Naciones Unidas; una culminación de este esfuerzo fue la resolución sobre la moratoria sobre el uso de la pena de muerte, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 2007 y el 18 de diciembre de 2008. El compromiso político de la UE ha sido acompañado con una sustancial ayuda financiera para proyectos concretos.

Actualmente, un total de 139 países suprimieron la pena de muerte por ley o en la práctica:

•    94 países y territorios suprimieron la pena de muerte para todos los delitos;

•    10 países suprimieron la pena de muerte para todos los delitos excepto los cometidos durante una guerra;

•    35 países pueden ser considerados, en la práctica, abolicionistas. Retienen la pena de muerte en la ley pero no han llevado a cabo ninguna ejecución en los últimos diez años e incluso se cree que tienen una política o una práctica establecida de no realizar ejecuciones.

Desde el año 2005, 12 países han suprimido la pena de muerte.

Si bien las cifras de aplicación de la pena de muerte en todo el mundo siguen siendo altas, 93 por ciento de todas las ejecuciones conocidas tuvieron lugar en cinco países: China, Irán, Arabia Saudita, Estados Unidos y Pakistán.

La abolición de la pena de muerte es una de las prioridades en la iniciativa del Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos (IEDDH). En el pasado (empezando en 1994), la Comisión ha financiado a través del IEDDH más de 30 proyectos en todo el mundo con un presupuesto total de más de 15 millones de euros. Estos fondos estuvieron destinados a aumentar la conciencia pública a través de la educación pública en países que todavía no han abandonado la pena, a influenciar la opinión pública, a realizar estudios sobre “cómo los sistemas de pena de muerte de los estados cumplen con normas mínimas internacionales”, a informar y apoyar estrategias para reemplazar la pena de muerte y apoyar los esfuerzos para asegurar que los convictos en espera de ejecución tengan un apropiado apoyo legal, y a formar abogados.

Sobre la base de esta experiencia, el IEDDH está destinando actualmente —tras la última convocatoria de propuestas incluidas en las directrices de la UE sobre la pena de muerte— ocho millones de euros adicionales para 16 proyectos abolicionistas en todo el mundo, lo que convierte al IEDDH en la principal fuente de financiación para proyectos de abolición de la pena de muerte en el mundo.

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