Internacional

Voto del migrante mexicano, asignatura pendiente

La importancia de la aportación de los migrantes mexicanos a las economías de México y Estados Unidos es incuestionable y reconocida por los gobiernos de ambos países.

Empero, en el aspecto político una asignatura pendiente del lado mexicano es reconocer su voto en elecciones presidenciales, lo cual en una contienda cerrada, podría ser determinante para inclinar la balanza a favor de uno de los candidatos.

Del otro lado de la frontera, la importancia del proceso migratorio se extiende a los hijos de mexicanos nacidos en territorio estadounidense, quienes podrían influir en el rumbo que tomen los procesos electorales en ese país.

En Estados Unidos existe una población mexicana de 22 millones de personas (8.5 millones nacidos en México y 13.5 millones ciudadanos estadounidenses de ascendencia mexicana), según el Consejo Nacional de Población (Conapo).

Empero, republicanos y demócratas no se han puesto de acuerdo en cómo afectará este fenómeno el balance del poder. En tanto que en México no les hemos extendido el derecho de votar en elecciones presidenciales, expresó Jeffrey Jones, presidente de la Comisión de Asuntos Fronterizos de la Cámara de Senadores de Estados Unidos.

Encuestas recientes indican que 44 por ciento de los hispánicos dicen ser demócratas, 16 por ciento republicanos y 40 por ciento independientes.

Algunos analistas refieren que si los republicanos no arrebatan a los demócratas un porcentaje importante del voto hispano, el actual presidente George Bush no será reelecto en el proceso de 2004. Consideran que la promesa del mandatario estadounidense de reformar la política migratoria es parte del coqueteo con los votantes estadounidenses de origen mexicano.

Por su parte, los demócratas comienzan a hacer propuestas más radicales en materia migratoria, las cuales serán bloqueadas por los republicanos, tradicionalmente identificados con medidas antimigrantes.

En su reciente visita a Estados Unidos, el presidente Vicente Fox insistió en la necesidad de lograr un acuerdo migratorio, por lo que cualquier cambio a esta política estadounidense sería un gran capital político para el partido del jefe del Ejecutivo mexicano al término de su mandato, mientras que para Bush sólo un arreglo en el corto plazo –su mandato es de cuatro años– influiría de manera positiva en el electorado.

Por su parte, el Senado mexicano elabora una propuesta para que sus migrantes puedan votar en las elecciones presidenciales de 2006 y así crear las condiciones necesarias para no esperar hasta última hora, manifestó el senador mexicano Jeffrey Jones. Consideró que los potenciales votantes mexicanos en Estados Unidos se calculan en 2.5 millones, aun cuando la población es superior.

En el año 2000, 99 por ciento de los 10.8 millones de ciudadanos mexicanos en el extranjero, vivía en Estados Unidos, según una comisión de especialistas encargada de estudiar las modalidades del voto de los mexicanos residentes en el extranjero, cuyo informe final se entregó al Consejo General del Instituto Federal Electoral en noviembre de 1998.

En el estudio, realizado con miras a las elecciones presidenciales del año 2000, la comisión precisó que los residentes en Estados Unidos conformaban 13.97 por ciento (9.8 millones de personas) del total de la población mexicana en edad ciudadana, incluyendo funcionarios del Servicio Exterior Mexicano (420 personas), inmigrantes nacidos en México, 10.15 por ciento (siete millones 126 mil personas).

De este subconjunto, 1.43 por ciento (un millón de personas aproximadamente) corresponde a los inmigrantes que adquirieron la nacionalidad estadounidense por naturalización, y 8.72 por ciento (seis millones 126 mil personas) comprende inmigrantes mexicanos no naturalizados.

Las personas que nacieron en Estados Unidos que son hijos de padre o madre mexicanos representaron dos millones 674 mil.

Dicha comisión estimó que cerca de 84 por ciento de los mexicanos en edad ciudadana y nacidos en México, se concentra en cinco entidades federales: California (46.3 por ciento), Texas (21.3), Arizona (6.6), Illinois (6.3) y Nueva York (3 por ciento). Si a estos estados se suma la población que reside en Florida, Oregon, Colorado, Nuevo México y Nevada, se concluye que en 11 entidades reside casi 90 por ciento del total.

La mitad de los mexicanos en edad ciudadana y nacidos en México, se concentra en ocho condados ubicados en cuatro estados. En California son los condados de Los Ángeles, Orange y San Diego; en Illinois, el condado de Cook. En Texas, los condados de Harris, El Paso y Dallas; en Arizona, el condado de Maricopa. Adicionalmente, se encontró que en 33 condados (incluidos los ocho anteriores) se concentra casi 75 por ciento del total.

Un rasgo importante del patrón de concentración se observó en los 20 condados fronterizos, donde reside 18 por ciento del total de mexicanos en edad ciudadana. Esta ubicación facilita la logística electoral, porque una parte importante se podría llevar a cabo desde territorio nacional.

Los mexicanos en edad ciudadana nacidos en México, prácticamente viven en todo el territorio estadounidense. Solamente en 11 estados se puede hablar de muy baja o nula presencia de población de origen mexicano. De hecho, 25 por ciento de la población se dispersa en 395 condados ubicados en casi toda la Unión Americana.

El papel institucional

Según una encuesta, 83 por ciento de los migrantes expresó su deseo de votar en las elecciones mexicanas del año 2000 si hubieran podido depositar su voto en Estados Unidos.

De prosperar la iniciativa de hacer valer el voto del migrante mexicano, el Instituto Federal Electoral (IFE) deberá garantizar el acceso de éstos a la información referente a candidatos y plataformas de partidos políticos que participen en la contienda, respetando el principio de equidad y tomando en cuenta el contexto particular en que se desarrollarán las elecciones en el exterior.

Por otra parte, se podría contar con credencial para votar con fotografía emitida en el extranjero o tarjeta de identificación electoral con fotografía emitida en el extranjero o credencial para votar con fotografía emitida en México. Para conservar los requisitos de seguridad en la elaboración del padrón electoral se observaría lo establecido en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe).

También se pueden aprovechar los adelantos tecnológicos, como máquinas especiales para votar y sistemas computacionales desarrollados específicamente para garantizar la certeza del sufragio.

Hay que señalar que la comisión referida no identificó condiciones internacionales que pudieran impedir el voto en el extranjero.

Rebasados marcos legales de EU y México

En entrevista, Jeffrey Jones expuso que la migración de México hacia Estados Unidos, estimada en 300 mil personas por año, ha rebasado el marco legal de ambos países y es simplemente una respuesta a las fuerzas e inercias del mercado que está demandando al migrante en términos económicos. Sin embargo, todavía no se han reconocido sus derechos políticos y sociales.

El migrante mexicano tiene más poder, más presencia en EU en cuánto a número de habitantes, pero existen límites que le impiden ingresar a las universidades, a la educación superior, que es parte fundamental del ejercicio pleno de sus derechos. Es primordial adecuar el marco legal para facilitar su desarrollo, aseveró.

Sentenció que «el reto de Estados Unidos es formalizar la migración creando mecanismos mucho más adecuados para facilitar este proceso migratorio. México necesita adecuar sus marcos legales para facilitar el flujo de capital hacia nuestro país; mientras no pase esto seguiremos viendo la migración como una respuesta a la demanda del mercado».

Muchos de los problemas de los migrantes –acotó el legislador– dependen del gobierno estadounidense, que en los últimos años ha aplicado una política muy drástica para detener a los migrantes en cruces normales, obligándolos a ir a otros de mayor riesgo. Eso sólo se podrá resolver dentro de la política estadounidense.

Pero nosotros –expuso– como legisladores no podemos decir que es sólo responsabilidad de Estados Unidos, tenemos que desempeñar un papel activo en términos de abrir el debate y el diálogo con los congresistas estadounidenses para abordar este tema e influir en la elaboración de políticas que faciliten el proceso migratorio. En el pasado era un tabú hablar de esto, pero ya empieza a haber interés en abordar esta problemática y reconocerla.

Señaló que el gobierno de Estados Unidos no está viendo una realidad y es una «hipocresía» reconocer ampliamente la aportación del mexicano a la sociedad estadounidense y al mismo tiempo no extender sus derechos sociales y políticos.

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