Life & Style

¡A disfrutar del maratón Lupe-Reyes!

Distintos festejos se viven y disfrutan en México del 12 de diciembre al 6 de enero

Texto: Luis Felipe Hernández

Navidad a la mexicanaLa Navidad sigue siendo esa época especial del año que, al menos en México, siempre se espera con gran regocijo, y para muestra de ello, basta con ver las casas adornadas con el tradicional árbol y un nacimiento repleto de figuras que recrean la llegada de pastores y Reyes Magos al portal de Belén donde también están presentes y en plano principal las representaciones de San José, la Virgen María y el Niño Dios.

La emoción se extiende en la mayoría de las escuelas y trabajos por las vacaciones, hasta por toda una ola de actividades que únicamente se realizan y, a su vez, se disfrutan en estas fechas.

“El maratón Lupe-Reyes” como coloquialmente se le conoce en México a la temporada navideña, inicia el 12 de diciembre con las peregrinaciones, misas y manifestaciones artísticas dedicadas a la Virgen de Guadalupe, en recuerdo a la aparición que le realizó a San Juan Diego.

La siguiente parada de fiestas, es del 12 al 24 de diciembre con las posadas; generalmente en familia o con amigos, la gente se reúne tras realizar el tradicional canto de la posada, en donde se recrea el camino que llevó a San José y a la Virgen María a encontrar un asilo para protegerse de la emboscada del rey Herodes y con ello el lugar para recibir tranquila y cómodamente al Niño Dios que está por nacer. Piñatas, generalmente en forma de estrella que representan los pecados capitales, serán golpeadas, para que a su vez, caigan frutos y colaciones que simbolizan la abundancia con la que vivirán quienes las atrapen; para después degustar un caliente y delicioso ponche, hecho a base de frutas de temporada como caña, manzana, tejocote, guayaba, jamaica o ciruela pasa.

Durante ese tiempo, también se organizan pastorelas, la lucha del bien contra el mal, que si bien en su mayoría representan el camino y complicaciones que tuvieron los pastores y Reyes Magos para su encuentro con el Niño Dios y ofrecerle sus regalos, los protagonistas, generalmente, son ángeles y diablos, unos, los alados, apoyando a los paseantes a llegar pronto, mientras que los cornudos, poniendo trabas y obstáculos para impedir la visita y con ello la adoración; siempre con humor a veces blanco y otras veces negro, pero es un elemento común en estas celebraciones.

La noche del 24 de diciembre es el momento más importante, las familias se reúnen, organizan una cena con platillos tradicionales como el pavo relleno, romeritos, bacalao o ensalada de manzana; y generalmente, se esperan unos segundos antes de las 12 de la noche para hacer la cuenta regresiva y con ello, darle la bienvenida al Niño Dios al mundo; se intercambian regalos y se dan abrazos acompañados de buenos deseos.

El día 28 de diciembre, es donde hay que darle vuelo a la creatividad y buen humor, el Día de los Inocentes, en recuerdo a la muerte ordenada por el rey Herodes de varios pequeñitos esperando que alguno de ellos fuera ese rey que le quitaría su lugar; bromas a veces blancas y otras más pesadas, se hacen sin parar y sin remordimiento entre familiares y amigos, pues ese día, se vale hacerlas “sin problema alguno”, dicen.

Doce uvas es el alimento principal que se concentra en las cenas del 31 de diciembre para esperar la llegada del año nuevo; cada una de las vides, es equivalente a un deseo que el comensal tratará de cumplir durante el año por llegar, al igual que la Navidad, los platillos tradicionales vuelven a las mesas mientras se brinda con sidra u otras bebidas alcohólicas.

Y si durante el año se portaron bien y están conscientes de ello, entonces los niños y algunos no tan niños, podrán dejar su zapato a los pies del árbol de Navidad, la noche del 5 de enero, esperando que los Santos Reyes al día siguiente les dejen regalos, ropa o algún obsequio en especial. Antes o después de esta fecha, se parte la tradicional rosca, en la que están escondidos unos muñecos que simbolizan al Niño Dios, para que quienes los encuentren organicen una fiesta con tamales y atole, principalmente, el 2 de febrero, Día de la Candelaria.

Fuegos artificiales estallan en el cielo; luces multicolores abundan en las calles y el melancólico canto de los villancicos armoniza a la gente. Aunque con la similitud de otros países, así se vive la Navidad en México, considerada por el Vaticano como la nación más entusiasta para celebrar la fecha más importante del calendario cristiano: El nacimiento de Jesús, la Navidad.

Revista Protocolo

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