Su historia, elegancia y cordialidad de su comprometido y capacitado staff, lo convirtieron en un clásico del excelente viajero
Por Enrique Castillo—Pesado
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Recientemente restaurado y reacondicionado con el distinguido estilo que lo caracteriza, Alvear Palace Hotel fue considerado Monumento Histórico de la ciudad de Buenos Aires. Asimismo, la prensa especializada y las encuestas de viajeros de lujo, lo han ubicado entre los seis mejores del mundo, reafirmándolo como el spot más premiado de Latinoamérica.
Y usted se preguntaría: ¿cuál es la esencia del Alvear? Su historia, elegancia y cordialidad de su comprometido y capacitado staff, lo convirtieron en un clásico del excelente viajero. En lo personal, también suma su hospitalidad, tecnología, ubicación (Barrio de la Recoleta, uno de los más residenciales de la capital argentina), además de las 110 habitaciones y 100 suites, sus 12 espléndidos salones de fiesta, salas para reuniones de negocios y los mejores restaurantes de la capital son el escenario perfecto “para descubrir una forma diferente de viajar”.
Olga Patroni, Damián Tazzioli, Luis Lisanti, Solange Detry y Cecilia Nigro, comentan que “este verdadero palacio, símbolo de la Belle Epoque, que luego de diez años fue inaugurado oficialmente en octubre de 1932, se convirtió en el sitio más visitado”.
Concebido como un hotel de lujo para hospedar a los visitantes europeos que por esa época llegaban a Buenos Aires, el Alvear se transformó en el modelo del refinamiento en su más alta expresión. El doctor De Miero, hombre célebre en las altas esferas sociales y de negocios en los años treinta, fue quien llevó los primeros planos desde París, que serían el inicio del ambicioso proyecto. Fue asistido por el diseñador Verschere, los arquitectos Pirovano y Bridsky —que diseñaría su hermosa fachada—, los ingenieros Escudero y Ortúzar, y el arquitecto Medhurst Thomas y su socio G. E. Harris, quienes llevaron a cabo la construcción y decoración del edificio.
La majestuosidad de las habitaciones y suites, el lobby y áreas públicas reflejan los estilos Luis XIV y Luis XVI que se hacen visibles en sus muebles de estilo, candelabros de cristal, paredes decoradas con láminas de oro y obras de arte de famosos artistas. Con 11 pisos y cinco subsuelos de estructura el lujoso edificio se erige en la esquina de la hermosa avenida Alvear (la más bella de Buenos Aires) y la calle Ayacucho como un indiscutido símbolo de la ciudad. Cerca se encuentran el Jockey Club, las embajadas de Brasil y de Francia, diferentes tiendas de lujo (Escada, Armani, Polo, etcétera).
Segunda fundación
El protagonismo del Alvear en la vida social, cultural y política y de negocios de Argentina siempre ha sido preponderante. La administración estuvo a cargo de distintos propietarios, hasta que en 1984 un grupo de empresarios argentinos se hicieron cargo de la misma, iniciando el más ambicioso proyecto para recuperar su gloria y estilos originales e incorporar la última tecnología. El incesante trabajo y dedicación, orientados por los máximos estándares de excelencia internacionales, hicieron que en 1993 el Alvear fuese designado como miembro de The Leading Hoteles of the World, organización que agrupa —me ha dicho Dominique Berthelot— a los 400 mejores hoteles del orbe.
Más de 500 profesionales, altamente capacitados, al servicio de 210 habitaciones están enteramente dedicados a satisfacer las excelencias de los huéspedes. O sea, ofrece más de dos empleados al servicio de cada habitación. El desafío diario de quienes integran el equipo implica que la formación sea fundamental. Alineado con esta misión, el hotel cuenta con un equipo de entrenadores cuyo rol estratégico consiste en promover un proceso de aprendizaje continuo que garantiza los más altos y exigentes estándares de calidad. El espíritu del Alvear se deja traslucir en cada uno de sus empleados que, comprometidos con brindar un servicio de excelencia, demuestran un interés genuino por cuidar cada detalle y superar las expectativas de quienes lo visiten.
La pequeña París
El elegante barrio del Alvear es una zona de parques (frente a los feudos de La Biela y Fredo’s, se ubica el panteón principal de la capital), anchas avenidas, tradicionales cafés y restaurantes, museos, importantes mansiones y tiendas de las más reconocidas marcas mundiales. La Recoleta despliega una arquitectura de estilo francés que, junto con la elegancia de los porteños que allí viven y pasean, llevan a los visitantes a identificarla como “la pequeña París de Sudamérica”.
Detalles y comodidades del Alvear: el mejor desayuno—bufet de la ciudad servido en L’Orangerie; amenities Hermés de París, exclusivas para Argentina; servicio de mayordomo personal, arreglo de flores y frutas frescas diariamente; sábanas de algodón egipcio de 500 hilos; teléfono con pantalla inteligente para regular el aire acondicionado, radio y TV; conexión a internet Wi-Fi en habitaciones y áreas públicas del hotel; acceso al business center y al health club (por cierto, informaron que lo ubicarán en la planta baja, aconsejándolos que deben colocar cortinas en una de las paredes donde se ubica la piscina, para evitar ver otros edificios); planchado de cortesía de dos prendas por persona el día de la llegada; amplios baños con jacuzzi, TV con pantalla de cristal líquido y teléfono manos libres (en habitaciones Palace Premier); llave sabática, servicio de Transfer, teléfono celular, instalación de PC en la habitación, y servicio de personal Shopper.
La Bourgogne
Considerado el mejor feudo culinario de Buenos Aires y único Relais Gourmand de Latinoamérica, La Bourgogne ofrece una exquisita cocina francesa (léase: cocina del chef francés Jen Paul Bondoux). Cada mediodía deleita a sus comensales con el exquisito “Grill Rotissoire”. Por las noches, despliega en su carta dos fabulosas opciones: los platos que lo hicieron célebre, “Les Classiques” y su renovada propuesta de estación “Cuisine de Saisson”. Otros restaurantes y bares de primer orden en el Alvear: L’Orangerie y el Jardín D’Hiver (lugar ideal para saborear el típico brunch dominical, además de las exquisiteces preparadas por el chef ejecutivo, sin olvidar el clásico Té Alvear. Me gustaron mucho La Taste Vins (se degustan los mejores vinos del mundo), La Cave (degustaciones y eventos son show en vivo, con la exclusiva cocina de Bondoux, y el lobby bar donde me he encontrado a hombres de negocios y personalidades de la alta sociedad porteña como los Lataliste, Anchorena, etcétera. Se convirtió en un clásico.
Personalidades
Alvear ha sido el sitio obligado de los reyes y reinas de los Países Bajos, de los emperadores de Japón, de los reyes de España, del príncipe Carlos de Inglaterra, y del príncipe Felipe de Asturias y de su hermana la Infanta Cristina. Entre otros íconos, han desfilado por allí: Mario Testino, Walt Disney, Kissinger, Zubin Mehta, Arthur Miller, Isabel Allende, Oliver Stone, George Soros, Ted Turner, Lee Iaccocca, Ivanna Trump, Luciano Beneton, Francis Ford Coppola, Nacha Guevara, Antonio Banderas, Geraldine Chaplin, Catherine Deneuve, Salma Hayek, Sharon Stone, Sofía Loren, Oscar de la Renta, Carolina Herrera, Donatella Versace, Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Inés de la Fresange (argentina de pura cepa), Jean Alesi, Magic Johnson, Michael Schumacher, Tomy Lee Jones, Paul Anka, Matt Damon, Joan Collins, Xuxa, Paloma Picasso, y muchos otros.
Entre los premios y menciones que ha recibido el Alvear: Andrew Harper’s Hideaway Report, Robb Report, Travel & Leisure, Conde Nast Traveler, Leading Hoteles of the World, Revista Departures, Latin Trade, Latin Finance, Harpers & Queen, Wine Spectator, y falta, por supuesto, la Excelencia Universal que en este 2009 recibirán de manos del comité.
Revista Protocolo
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