Especialistas desmienten que un can se ahuyente con estos objetos y deje de orinar o defecar por las botellas con agua en los terrenos
Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán
Desde un tiempo a la fecha, cada vez es más común ver en pequeños terrenos abundantes de vegetación, conjuntos de botellas de plástico o cristal llenas de agua simple expandidas en el área, la razón de ello, según quienes realizan esta práctica, es evitar que los perros orinen o defequen al menos en esa zona.
Sin embargo, se desconoce quién diseñó esta estrategia o en qué se basó para realizarla, pues especialistas en zoología no logran concebir ni identificar la razón por la que un perro no haga sus necesidades fisiológicas en una sección repleta de botellas transparentes rellenas de agua e incluso han puesto a prueba esta maniobra y los animalitos siguen evacuando como si nada.
El mundo animal sorprende tanto, pues los propios expertos en la materia afirman que el que un can haga pipí o popó en cierto espacio, es como una especie de marcar terreno, independientemente de lo que haya en este, además de que aunque se limpie y se le echen litros de jabón o cloro al terreno que el perro ensució, el olfato de estos animales es tan frágil que con las puras resacas es motivo para volver al lugar al que consideran suyo y repetir la acción, que en este caso es orinar o defecar.
Lo que recomiendan los expertos es educar a la mascota desde que llega a casa, y desde un inicio, indicar con el uso de tierras especiales hechas con azufre como elemento principal, las cuales se venden en tiendas para animales domésticos, el lugar en donde evacuará, así como señalar el lugar donde dormirá y la zona de la casa donde se le colocará su comida, pues el perro es un animal que se mal acostumbra y adquiere malos hábitos que luego son difíciles de corregir.
Además, una botella de plástico o vidrio tirada en el suelo, aunque esté llena de agua limpia, contamina el ambiente.
Revista Protocolo
