Permite salir de la rutina manteniendo la propiedad de tu vivienda, y todo ello, a menor costo
La página web HomeExchange.com dispone al día de hoy de un 21 por ciento de residencias secundarias en 150 países, frente a un 16 por ciento en 2013. En IntercambioCasas.com, versión en español de la red, el 30 por ciento de las casas son segundas residencias. ¿Cuáles son las motivaciones de sus propietarios?
La primera motivación es la económica. La oportunidad de alojarse gratuitamente en cualquier parte del mundo o a unas horas de casa es un factor determinante. Después, viene el deseo de una inmersión cultural más enriquecedora, un descubrimiento que se transforma en adicción para el 72 por ciento de los socios del portal*.
Más seguridad
Además, a los dueños de una segunda residencia, que puede ser una casa familiar o un apartamento en la playa, les preocupa el tema de la seguridad. Una casa vacía es más vulnerable y la mejor manera de evitar posibles hurtos es que esté ocupada.
El tema del mantenimiento también es importante, sobre todo cuando la finca dispone de un jardín o una piscina. Los partners o compañeros de intercambio, en contraposición a unos inquilinos que pagan para disfrutar de sus vacaciones, se prestan con gusto a realizar pequeñas tareas como regar las plantas o cuidar de las mascotas. “Es como un house-sitting recíproco, todo el mundo sale ganando”, indica Natalia Romero, dueña de un apartamento en primera línea de playa.
Mediante esta fórmula, los miembros de IntercambioCasas.com que tienen una segunda residencia disfrutan de una gran ventaja añadida, puesto que su vivienda, desocupada parte del año, está disponible durante largos periodos y en fechas distintas. Así se favorece el intercambio no simultáneo, que consiste en “vienes a mi casa en abril e iré a la tuya en julio”. Algunos de los socios del portal también indican que les resulta más fácil intercambiar una segunda residencia, considerada como menos personal que la principal.
Un pasaporte para cualquier parte del mundo
Pragmáticos ante todo, algunos propietarios de segundas viviendas les sacan el mayor partido posible: la alquilan durante la temporada alta para pagar los gastos, disfrutan de ella cuando les interesa y el resto del tiempo, la intercambian. Su casa se convierte en un pasaporte para alojarse en cualquier parte del mundo sin desembolsar un céntimo.
El síndrome de la casa cerrada puede estar perdiendo terreno gracias al intercambio de casas. Los empresarios turísticos se están interesando cada vez más por el fenómeno porque les parece una oportunidad de atraer fuera de temporada a viajeros que realizan estancias más largas (un 42 por ciento son superiores a 14 días) y consumen localmente, con un poder adquisitivo más holgado puesto que se han liberado de los gastos de alojamiento.
El intercambio de casas permite salir de la rutina manteniendo la propiedad de su vivienda, y todo ello, a menor costo.
* Estudio Mi casa es la suya, Universidad de Bérgamo, Italia, agosto de 2013
Revista Protocolo
