Etiqueta y Protocolo

Sari Un vestido para toda ocasión

Existen varias leyendas en torno al sari, la vestimenta típica de la mujer hindú:

“Se dice que el sari nació en el telar de un tejedor fantasioso. Él soñó con la mujer, el brillo de sus lágrimas, la vista de su cabello cayendo, los colores de sus muchos estados de ánimo, la suavidad de su tacto. Él tejió el conjunto de todo esto. No pudo detenerse. Tejió muchos metros. Y cuando terminó –cuenta la historia–, se sentó y sonrió y sonrió y sonrió.”

El sari es la prenda de vestir femenina nacional de la India. Es una tela rectangular cuya extensión oscila entre cinco y ocho metros de largo por 1.2 metros de ancho, que convenientemente anudada y enrollada al cuerpo se emplea como un vestido, acompañado de una blusa pequeña. Esta vestimenta, con sus atractivos colores y variadas formas continúa siendo usada por las mujeres de ese país en la actualidad.

Elegancia y funcionalidad

El sari confiere a la mujer que lo viste una elegancia y funcionalidad muy particulares. Esta alegría cromática, sorprende continuamente ya que se adapta a todas las situaciones y necesidades de una forma sorprendente, tanto en una elegante reunión social como en el más sencillo de los actos cotidianos.

El estilo, el color y las formas del sari son variadas, desde el algodón hasta la seda, o desde un poliéster sintético hasta la más exquisita y elaborada tela. El sari tiene un encanto que no decae con el tiempo, se ajusta a todas las tallas y puede acentuar o esconder ciertas partes.

Según el modo de vestirlo, y según su color, calidad o textura, podrá también ser el indicativo de un determinado estatus, edad, ocupación, región, religión en la mujer que lo viste.

En tiempos pasados los saris se tejieron de seda o algodón. El rico portaba saris que según el folclore podían pasarse por un dedo-anillo. El pobre portaba saris toscamente tejidos de algodón.

En tiempos modernos, los saris se tejen cada vez más en telares mecánicos y se hacen de fibras artificiales, tales como el poliéster, el nilón o rayón.

Los saris tejidos a mano son mucho más costosos que las imitaciones a máquina. Son más populares en bodas y otras ocasiones sociales importantes.

El Mahabharata

La industria de la seda y los saris es históricamente una de las más importantes de la India. La mayor parte del hilo y los tejidos de seda se consume domésticamente.

Una de las primeras referencias en torno al sari se encuentra en la epopeya épica del Mahabharata, en la que se relata que cuando la bella Draupadi –esposa de uno de los Pandavas– fue entregada al clan enemigo tras perderla en un duelo de apuestas, el dios Krishna prometió proteger su virtud. Los crueles ganadores, al intentar “cobrar” su premio, tomaron un extremo del diáfano material que la envolvía (el sari) de forma a la vez reservada y seductora. Siguieron jalando y desenvolviéndola, pero nunca pudieron llegar al otro extremo. Ésta era la manera como Krishna cumplía su promesa.

A lo largo de los siglos, el cambio en el estilo de vida de los hindúes se ha visto reflejado en la variedad de materiales con los que se fabrica un sari y la forma en que se usa en diferentes partes del país, por ejemplo:

En el sur de la India, la tela de 8.2 metros se usa cruzada entre las piernas para simular un pantalón bombacho. Las coorgis del centro y sur de la India lo usan de tal forma que parece un traje de noche largo occidental. El sari tradicional de 5.5 metros, es un clásico muy elegante. Permitiendo un plisado generoso, envolviendo el cuerpo y colgando sobre el hombro, puede ser de seda brillante o del algodón más fino y vaporoso, quizá de un sólido color pastel o bordado con una multitud de flores, bordado con hilo de oro, o terminado con un remate ricamente decorado, habla de romance o riquezas, de sobriedad o desenfado, de sofisticación o inocencia.

Moda exitosa y atemporal

El éxito del sari es atribuido a su total simplicidad, comodidad práctica, y sentido de lujo que una mujer experimenta cuando lo usa.

Los hombres se sienten intrigados por esta vestimenta discreta que llega al suelo y el tentador destello de una parte desnuda del torso femenino. Se dice que el sari pocas veces falla en adular a una mujer. El sari se acomoda a todo tipo de figura, hace que todas las mujeres se vean bien y se sientan femeninas. Es una moda instantánea y eterna, creada por las manos de quien lo usa y que no está sujeta a ninguno de los caprichos y cambios que afectan a las modas del mundo occidental.

El sari es mencionado en la literatura hindú y retratado en la pintura hindú desde el año 3000 aC.

¿Cómo usar un sari?

El sari se lleva generalmente sobre unas enaguas y una blusa de manga corta.

El estilo más común de enrollar el sari es alrededor de la cintura, para después pasarlo sobre el hombro. Sin embargo, el sari puede arreglarse en varios estilos diferentes, aunque algunos requieren una tela de una longitud o forma particulares.

Siga estos sencillos pasos y aprenda cómo usar el sari con una longitud aproximada de 5.5 metros:

Paso 1) Fondo y corpiño
Una parte importante del secreto del sari son los aditamentos que van debajo de éste. Es imprescindible usar un fondo que llegue al suelo o enaguas, ajustado a la cintura con un elástico o un cordel bien amarrado. El color del fondo debe ser lo más parecido al del sari. Ninguna parte del fondo es visible fuera del sari.

Además, es necesario usar un corpiño ajustado o “choli” que cubre hasta debajo del busto. Los cholis están disponibles en un amplio rango de estilos con muchas variedades de escotes y mangas. El color del choli debe combinar con el sari pero no robar protagonismo al mismo.

Paso 2) Iniciando
Empezando en el ombligo, hay que fajar un extremo del sari (el extremo con menos adornos respecto al extremo adornado, que es el “pallu” que colgará sobre el hombro) hacia la derecha del fondo. Enrollar el sari alrededor del cuerpo una sola vuelta. Hay que asegurarse que el extremo inferior del sari llega al suelo.

Paso 3) Plisado
Empezando por el extremo fajado, empezar a plisar el sari con pliegues de 12 centímetros de ancho. Hacer entre siete y 10 pliegues y sujetarlos juntos de tal forma que caigan rectos y parejos, apenas lejos del suelo.

Paso 4) Fajado de pliegues
Fajarse los pliegues en la cintura ligeramente a la izquierda del ombligo, y asegurarse de que están volteados hacia la izquierda.

Paso 5) Envolverse de nuevo
Envolverse de nuevo con la tela restante, de izquierda a derecha. Pasarla por debajo del brazo derecho y luego sobre el hombro izquierdo para que caiga por la espalda y llegue a la altura de las rodillas.

Paso 6) Asegurarlo
Levante levemente la porción restante del sari en su espalda, el extremo que cuelga es el pallav o pallu y se puede impedir que resbale del hombro usando un seguro para unirlo a la blusa. Un pequeño prendedor le da un toque elegante. El extremo del sari debe ir a la altura de las rodillas.


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