El mejor ejemplo del París clásico y contemporáneo
Por Enrique Castillo-Pesado
Los recuerdos que me trae a la mente París son memorables, por ese aire imperial, sofisticado y cosmopolita que guarda desde siempre.
Dicha ciudad por derecho propio se gana el privilegio de promover la máxima esencia del glamour y todo aquello que se refiere a la “buena vida”.
No podemos negar que ha sido, es y será escenario tanto de hechos históricos, como del culto al arte, la moda y el espectáculo.
Es remitente el equilibrio arquitectónico que nos proyecta y cautiva por donde uno dirija la mirada.
Como periodista y viajero incansable por todo el orbe, les puedo comentar que de mi estancia en algunos de los mejores hoteles del mundo, he conocido y experimentado instalaciones y servicios excelsos, como sólo puede ofrecer la alta hotelería europea.
Sin embargo, hay pocos que me han dejado huella por la más grata estancia en ellos, como el Renaissance Paris Vendôme Hotel.
Tan sólo mencionar París nos suena a buen gusto, elegancia, armonía y belleza, en un conjunto que libera la satisfacción de los sentidos y las aspiraciones de cualquiera.
Muy cerca de la Opera parisina y de la Place Vendôme, se ubica este hotel con domicilio en pleno corazón de la ciudad en el barrio más chic y sofisticado.
Su particular estilo respeta el sabor de lo clásico en su fachada y recrea una atmósfera contemporánea y suntuosa en su interior, estupendamente lograda por Pierre-Yves Rochon, decorador reconocido, de muchos éxitos.
Desde el primer vistazo, el estilo suntuoso y contemporáneo cautiva los sentidos y es evidente la manifestación de tonos cálidos como la miel y el chocolate.
Plenitud de luz natural, juega constantemente con el espacio hasta conseguir un aspecto íntimo, cálido y vivaz, simultáneamente.
Este mismo, supo recrear un uso más adecuado de espacios, equilibrar el mobiliario e imprimir tonalidades que evocan un ambiente acogedor.
La esencia de esta construcción de época que data de 1830, cuando fue terminada sobre la tranquila y elegante rue du Mont Thabor, sigue intacta, gracias al arquitecto, que respetó su fachada al más mínimo detalle. No se vio afectada para nada con la titánica obra de rescate y remodelación por la que atravesó.
Los viajeros experimentados y exigentes comparan el ambiente del Hotel Renaissance Vendome, con el charm del tradicional y selecto club londinense, con el glamour y estilo del gran hotel neoyorquino y, desde luego, reconocen que posee definitivamente ese inconfundible allure, tan francés.
En una plática con la muy atenta directora general de este establecimiento, Anne Legrand, me comentó que en 2005 la cadena Renaissance Hotels & Resorts adquirió la propiedad para reconstruirla y remodelarla totalmente con el fin de devolverle el glamour que se merecía. Los interiores fueron concebidos para asegurar una acogedora e impecable estancia.
El servicio es discreto, la decoración recrea el confort con armonía, las habitaciones son espaciosas y el spa ofrece innumerables ventajas, e incluso hasta una alberca interior, además de la biblioteca y el animado bar.
