Life & Style

La rapidez en las manos y la mirada, elementos esenciales para ser un gran mago

La conexión entre el tacto y la vista son importantes para captar la atención del público y hacer actos sorprendentes

Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán

Un buen mago tiene que tener el don de ser rápido con las manosPara ser un buen mago no se necesita tener toda una parafernalia de equipo y aparatos, o diversos objetos para realizar los trucos.

Son dos los elementos básicos que caracterizan a un buen mago: la prestidigitación y la mirada, y no el manejarlos por separado, sino al mismo tiempo, uno debe estar conectado, y no precisamente por arte de magia, con el otro.

El movimiento de las manos se va ejercitando poco a poco, pues se requiere de rapidez para realizar la mayoría de los actos; más allá del tradicional movimiento de doblar la mano, esta parte del cuerpo debe probar varias funciones, desde sostener elementos pesados, hasta pasar algún objeto plano y liso dedo por dedo; desde luego que la ropa con la que visten, generalmente de manga larga, tiene mucho que ver, pues ahí se esconden o esconderán algunas cosas que se utilizarán, pero también, se deberán sacar rápidamente sin que los espectadores se den cuenta, con la ayuda de los dedos o bien, de la parte baja de la mano.

Por su parte, la mirada es la que conquista e hipnotiza al público, desde un guiño hasta una mirada de sorpresa; hay ocasiones en que los ojos del mago son un factor distractor para que mientras con la mirada llama la atención de los asistentes a la función de magia, con las manos pueda moverse rápidamente para realizar el truco.

Lo demás es cuestión de dinero para la compra de aparatos costosos que se utilizan en trucos más elaborados, control de mente, y contar con varios cómplices para lograr el objetivo.

Revista Protocolo

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