Desde Portugal, 12 casas vinícolas ofrecieron lo mejor de sus producciones a mexicanos
Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán para la revista Protocolo Copyright©
Ayer, en el restaurante de un conocido hotel de la colonia Anzures de la Ciudad de México, hubo dos experiencias de viajes:
Primeramente, representantes de 12 bodegas vinícolas portuguesas, que viajaron desde su país a México para ofrecer a distribuidores, sommeliers, empresarios y restauranteros, más de 140 marcas de distintos tipos de vino.
Un ambiente de camaradería fue el que propiciaron los expositores lusitanos, quienes informaban a los posibles clientes sobre sus productos, además de invitarlos a degustarlo las veces que fuera necesario. Entre ellos, destacó la presencia de las sommeliers Debby Beard, Pilar Meré y Areli Curiel.
La Embajada de Portugal en México, estuvo representada por Arturo Cunhua, consejero económico, que acudió a apoyar a sus paisanos.
El segundo viaje, fue el de esta bebida, que desde pasar por los más estrictos controles de calidad y concentrarse dentro de las botellas, para después ser descorchadas, servirse en las copas, y con los rituales tradicionales de los buenos catadores de vino, como el ver la copa con el líquido adentro, hacerle ligeros movimientos, olfatearlo con ojos cerrados, darle el primer trago, para después analizarlo, meditarlo, y en caso de ir acompañado o estar con un conocido, hacer el choque de cristales y decir viendo a los ojos: ¡Salud!
Y sí, ¡Salud por Portugal!, que con sus vinos, acerca a México a la cultura lusitana.
