Medioambiente

El camino hacia la circularidad

Tecnología e innovación para la transición a una economía circular

Ciudad de México, 1 de mayo de 2024.— La economía circular es el camino para lograr la sostenibilidad económica, social y medioambiental. En países en desarrollo, especialmente de América Latina y el Caribe, pasar de un modelo lineal a uno circular es una cuestión urgente debido a las tensiones crecientes que el modelo de extracción de materias vírgenes está generando en diversos sectores sociales, aunado a que, el modelo actual no permitirá sostener una ventaja competitiva en el largo plazo para los países de este bloque.

De acuerdo con la Circle Economy Foundation, el crecimiento exponencial de la extracción de materias primas, se ha más que triplicado en todo el mundo desde 1970 hasta alcanzar los 92 000 millones de toneladas anuales y su ritmo sigue en aumento, esta última cifra para 2050 se habrá duplicado. Asimismo, de acuerdo con Earth Overshoot Day, en 2023 la Huella Ecológica total aumentó un 0.2 por ciento con respecto al año anterior, mientras que la biocapacidad total aumentó un 0.3 por ciento.

La economía circular no solo reduce el desgaste de recursos naturales y disminuye la huella de carbono, así como otros impactos medioambientales, sino que tiene un potencial económico para las naciones del mundo. Se han calculado en 4.5 trillones de dólares los beneficios económicos que se podrían producir para 2030 y un incremento neto de 4.8 millones de nuevos puestos de trabajo en Latam si se implementara como un modelo económico, de acuerdo con la ONU.

Para alcanzar las ventajas de una economía circular se requiere replantear la relación entre consumidores, mercados y recursos naturales, que permita superar el modelo lineal de “tomar, hacer, desechar”, por uno en que se minimice el uso de recursos, fomente la reutilización, recuperación y la reciclabilidad de los materiales; esto implica transitar por tres pasos: Generación de modelos de negocios circulares, implementación de tecnologías y puesta en marcha de políticas públicas que impulsen, en conjunto, el paradigma circular.

Hacia una cadena circular

Abordar la eficiencia de los recursos y minimizar la generación de residuos a través de las cadenas de suministro globales es primordial para alcanzar los 17 ODS y cumplir con la Agenda 2030 en los seis años que tiene aún de vigencia el marco. Es crucial comprender que los impactos ambientales que están degradando el medioambiente están directamente relacionados con el modelo de producción y consumo, de hecho, 45 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se asocian a la fabricación de productos y más del 90 por ciento de la pérdida de la biodiversidad, así como del estrés hídrico se deben a la extracción y al tratamiento de los recursos naturales que el modelo lineal exige, revelan datos del Pacto Mundial Red Española.

Las empresas necesitan rediseñar sus procesos para minimizar la extracción de recursos primarios, reducir la generación de residuos, extender la vida útil de los productos y desarrollar modelos de responsabilidad extendida del productor. El impulso de estrategias basadas en el ecodiseño, la eficiencia energética e hídrica, la ecoinnovación, las energías renovables y, sobre todo, el reciclaje y la recuperación pueden marcar la diferencia.

Al adoptar modelos de economía circular, las empresas pueden reducir entre 80 y 99 por ciento los desechos industriales en algunos sectores y entre un 79 y un 99 por ciento de sus emisiones, asimismo, el enfoque integral de economía circular tiene el potencial de reducir el volumen anual de plásticos que ingresan a los océanos en más de un 80 por ciento, generando ahorros de hasta 200 000 millones de dólares por año, mientras se reduce en 25 por ciento las emisiones de GEI, de acuerdo con el reporte “Modelos de negocio basados en la economía circular”.

Además de incorporar en modelos de producción y consumo criterios de economía circular, las empresas están creando una cultura ligada al desarrollo sostenible. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Porcentaje de Circularidad en México adoptado por el sector empresarial alcanza el 15.14 por ciento y se compone, al 2022, por 4528 empresas registradas recicladoras, 284 que reutilizan, 121 que recuperan y 71 que reducen y reparan.

Todas las empresas desempeñan un papel fundamental en la economía circular al adoptar prácticas sostenibles que permiten una mejor gestión recursos. Mediante la implementación de estrategias y tecnologías que fomenten el reciclaje, la reutilización y la reducción de residuos, el sector empresarial contribuye a minimizar el impacto ambiental y promover la eficiencia en el uso de materias primas.

Tecnología que transforma el paradigma lineal

Transformar el modelo económico de empresas y sociedad, para hacerlo más compatible con los ciclos de la naturaleza, no es una tarea sencilla. Mediante la implementación de avances tecnológicos será posible esta transición con resultados óptimos y rentables. Así, las innovaciones serán las que hagan posible el cambio de paradigma, ya que proporcionan las herramientas que son capaces de abaratar costos, de automatizar tareas e incluso de generar valor económico.

Si hay un elemento clave en la economía circular, ese es el reciclaje, ya que es el que hace posible la reutilización de los materiales. Los avances tecnológicos en el ámbito del reciclaje y la separación de residuos han revolucionado la forma en que se gestionan los desechos, permitiendo una mayor eficiencia en la recuperación de materiales y la reducción del impacto ambiental.

Por medio de la implementación de soluciones que transformen la forma en que los recursos son obtenidos, aprovechados y reutilizados, mediante el uso de tecnología de sensores ópticos y máquinas de clasificación, será posible optimizar el proceso de reciclaje.

“La manera en que impulsamos la transición hacia la economía circular para empresas, sociedad y gobierno es a través de innovación y tecnología que permiten transformar los materiales, para darles una segunda, tercera o múltiples vidas. Con más de 9000 equipos de TOMRA funcionando hasta la fecha, nuestros sistemas y equipos han logrado transformar toneladas de plástico y metales en recursos útiles para distintas industrias a partir de sensores ópticos y avanzada clasificación, que posibilitan una identificación y clasificación precisa, aportando un nuevo valor comercial y acelerando la circularidad en distintas áreas de la cadena de producción”, menciona Julio Barrientos, TOMRA Recycling Sales Manager in Mexico.

La aplicación de tecnologías de separación avanzadas, como las de TOMRA, no solo ha mejorado la calidad de los materiales reciclados, sino que también ha incrementado la tasa de recuperación, reduciendo así, la cantidad de residuos enviados a vertederos. Asimismo, esto ha propiciado el establecimiento de nuevos mercados circulares, los cuales fomentan la reutilización, creando una nueva categoría de demanda a partir del uso de materiales secundarios; esto ha impulsado el desarrollo de políticas que promueven la transición circular.

Normativa circular

Las políticas públicas bien diseñadas pueden superar las deficiencias del modelo lineal orientado a la extracción de recursos y la exportación, para fomentar una mayor sostenibilidad, promover activamente reformas con el fin de hacer las ciudades más habitables, impulsar la transición energética y la protección del clima. Acelerar la transición a la economía circular requerirá de normativas activas que dirijan la transformación estructural, el impulso tecnológico y creen las condiciones económicas adecuadas.

Actualmente, en América Latina existen 80 propuestas públicas encaminadas a impulsar la economía circular. Particularmente en México, de acuerdo con la Cámara de Diputados, se cuenta con cinco leyes federales que promueven la transición hacia la economía circular: Ley General de Cambio Climático (LGCC); Ley de Transición Energética (LTE); Ley de Aguas Nacionales (LAN); Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR); Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA). Aunado a ellas, cada entidad que conforma el país cuenta con marcos normativos propios con los cuales se pretende, por ejemplo, reducir 75 por ciento los residuos sólidos urbanos diarios que se disponen en rellenos y transformarlos mediante tecnologías sustentables.

“Es preciso no solo reducir y mejorar la trasformación de los residuos, sino trabajar sobre los diferentes flujos de materiales, aumentando su recuperación y vida útil para evitar que lleguen a vertederos e incineradoras. Es en este sentido que la innovación se convierte en el facilitador que permite que, tanto normativas como estrategias empresariales y objetivos estatales, así como nacionales, sean viables para las organizaciones y con potencial de escalabilidad”, concluye el Sales Manager.

Fotografía: TOMRA Recycling Sorting

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