Medioambiente

Un elemento clave frente a la escasez de agua en la CDMX: Suelo de conservación

La Corenadr ha realizado obras de conservación, que son estructuras que ayudan a captar, conducir y distribuir el agua de lluvia, así como a evitar la erosión y el arrastre del suelo

Ciudad de México, 21 de febrero de 2024.— El 60 por ciento del agua que consume la Ciudad de México se extrae de los mantos acuíferos subterráneos, los cuales se recargan mediante la infiltración del agua de lluvia. Para que este proceso ocurra de forma óptima, es necesario mantener en buen estado los ecosistemas que existen en el suelo de conservación, una reserva ecológica de 88 400 hectáreas. Esta enorme tarea recae en la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenadr). Descubre cómo su estrategia, bajo un enfoque de cuenca y participación comunitaria, marca la diferencia con otras ciudades del país durante las temporadas de escasez de este vital líquido.

¿Qué es el suelo de conservación y dónde se encuentra?

El suelo de conservación es la reserva ecológica que rodea la zona urbana de la Ciudad de México. Representa el 59 por ciento del territorio de la ciudad y se distingue por su diversidad de ecosistemas, incluyendo bosques, pastizales, zonas lacustres y agrícolas. Estos albergan el 2 por ciento de la biodiversidad mundial y el 12 por ciento de la megabiodiversidad nacional.

En estas zonas se generan servicios socioambientales vitales para la vida en la ciudad, como la captura de carbono, la generación de oxígeno, la infiltración de agua, la producción de alimentos y la provisión de espacios para la recreación y el turismo. El suelo de conservación se sitúa principalmente en las zonas montañosas y rurales de la ciudad, extendiéndose a través de los territorios de las alcaldías Xochimilco, Tláhuac, Tlalpan, Milpa Alta, La Magdalena Contreras, Cuajimalpa, Álvaro Obregón, Iztapalapa y Gustavo A. Madero.

¿Cómo se recargan los acuíferos de la Ciudad de México?

Es importante aclarar que no toda el agua de lluvia que cae en la Ciudad de México llega a los mantos acuíferos. En realidad, solo el agua que cae sobre suelos porosos libres de concreto puede infiltrarse y llegar a estos acuíferos. Un proceso que ocurre casi exclusivamente en el suelo de conservación. Por otro lado, el agua de lluvia que cae en las zonas urbanas generalmente se dirige al sistema de drenaje. Por lo tanto, es crucial mantener la salud del suelo de conservación para asegurar la recarga de los acuíferos, que proveen el 60 por ciento del agua que se consume en la Ciudad de México.

La infiltración solo ocurre donde el suelo tiene poros y fisuras que permiten el paso del agua, como los solares, los pastizales, los humedales o los bosques. Estos ecosistemas tienen la capacidad de retener el agua y evitar que se evapore, lo que favorece la infiltración. Además, los bosques atraen más lluvia mediante la transpiración y la evapotranspiración, que son procesos por los que las plantas liberan vapor de agua al aire. Este vapor se condensa y forma las nubes, que luego producen la lluvia.

Para mejorar la infiltración de agua en el suelo de conservación, la Corenadr ha realizado obras de conservación, que son estructuras que ayudan a captar, conducir y distribuir el agua de lluvia, así como a evitar la erosión y el arrastre del suelo. Algunos ejemplos de estas obras son las zanjas, los bordos, las terrazas, las presas, los cajetes y los muros de gavión.

Los muros de gavión son estructuras hechas con mallas metálicas rellenas de piedras, que se colocan en las laderas de los cerros para disminuir la velocidad del agua y favorecer su infiltración. Estos muros también sirven para retener el suelo y evitar su deslizamiento, lo que protege a las comunidades que viven en las zonas de riesgo.

¿Qué está haciendo Corenadr para mejorar la infiltración en el suelo de conservación?

Desde 2019, el Gobierno de la Ciudad de México ha reconocido la importancia del suelo de conservación y ha asignado un presupuesto histórico de 1100 millones de pesos anuales para su cuidado y restauración. Además, ha implementado reformas constitucionales que aseguran su protección y endurecen las penas para quienes atenten contra este patrimonio.

Este enfoque no solo ha frenado en un 41 por ciento el avance de la urbanización sobre este territorio natural, sino que también ha mejorado la capacidad de la ciudad para gestionar sus recursos hídricos de manera sostenible. Algunas de las principales acciones realizadas por la Corenadr que impactan directamente en la gestión del agua son:

  • Gestión con enfoque de cuenca: Se reconoce la interdependencia entre las zonas altas y bajas del territorio, así como la necesidad de conservar y restaurar los ecosistemas que proveen y regulan el agua.
  • Reformas constitucionales: Se modificó el artículo 345 bis y se adicionó el 346 bis al Código Penal del Distrito Federal para establecer penas de entre seis y 20 años de prisión para quienes talen o comercialicen con nuestros bosques.
  • Frenar la mancha urbana: Gracias al programa Altépetl Bienestar, el crecimiento de la zona urbana sobre el suelo de conservación se ha detenido en un 41 por ciento.
  • Territorio recuperado: En esta administración se han recuperado 1170 hectáreas de suelo de conservación, lo que representa un área de una y media veces el tamaño del Bosque de Chapultepec.
  • Revegetación: En cinco años se han establecido 30 millones de plantas, es decir, tres por cada habitante, incluyendo árboles, arbustos y polinizadoras, aumentando la capacidad del territorio para atraer y retener agua.
  • Obras de conservación: Se han establecido 1200 obras para captar, conducir y distribuir el agua de lluvia, y evitar la erosión del suelo. Que logran infiltrar 101 millones de litros de agua al año.
  • Ollas de captación: Se construyeron 24 ollas de captación para aprovechar el agua de lluvia con una capacidad de almacenamiento de 71 278 metros cúbicos, que son utilizados para actividades agrícolas.
  • Recuperación de humedales: Recuperación de 83.46 hectáreas de cuerpos de agua y humedales, y mantenimiento de 651 km del sistema de canales en Xochimilco. Este año se planea crear al menos mil humedales de bolsillo.
  • Rehabilitación de la red hidroagrícola en Xochimilco y Tláhuac: Trabajos para evitar fugas y desperdicios en las redes de riego, incluyendo la instalación de filtros biológicos para mejorar la calidad del agua en la red canalera, lo que permite ahorrar 200 litros por segundo.

¿Cómo podemos cuidar nosotros del suelo de conservación y sus procesos hídricos?

El suelo de conservación es un componente fundamental para garantizar un suministro de agua sostenible para la Ciudad de México. La protección y restauración de estos territorios no solo benefician la disponibilidad de agua, sino también fortalecen la resiliencia ecológica y la calidad de vida de sus habitantes. Sin embargo, la preservación de estos espacios requiere un compromiso continuo y la participación activa de todos los sectores de la sociedad, para enfrentar los desafíos del cambio climático y la expansión urbana. Algunas de las acciones que podemos hacer nosotros son:

Respetar el suelo de conservación. No debemos comprar, invadir o construir en esta zona, ya que es ilegal y perjudicial para el ambiente y la ciudad.

Conocer el suelo de conservación. Podemos visitar y disfrutar de sus paisajes y ecosistemas, practicando actividades al aire libre como senderismo, ciclismo o camping. Así, apoyamos a las comunidades locales que ofrecen servicios de ecoturismo y que cuidan las áreas naturales.

Prevenir los incendios forestales. Cuando visitemos los bosques, debemos evitar hacer fuego o tirar colillas de cigarro, ya que el 100 por ciento de los incendios forestales son provocados por el ser humano.

Consumir productos locales y agroecológicos. Podemos comprar alimentos que provienen del campo del suelo de conservación, que son más sanos y sustentables. Así, apoyamos la economía y la cultura de las comunidades rurales que habitan ahí. Si quieres saber dónde comprar, consulta.

Informarnos y difundir el tema del suelo de conservación. Podemos crear conciencia y sensibilizar a más personas sobre la importancia de cuidar y valorar este recurso natural. Podemos compartir información en redes sociales, participar en foros y talleres, y sumarnos a iniciativas ciudadanas que promuevan la sustentabilidad hídrica.

Para asegurar el futuro de la Cuenca del Valle de México, se requiere dar continuidad a los avances que se han logrado para la protección del suelo de conservación, como el carácter irreductible del presupuesto, la transición agroecológica del campo, la participación de las comunidades agrarias y proyectos de desarrollo sustentables. Así como acciones y políticas que promuevan el uso eficiente, el ahorro, el tratamiento, la recarga y la distribución equitativa del agua, con una visión de largo plazo, de respeto al medioambiente y bienestar para todos los habitantes.

Fotografía: Corenadr

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